Apple lanzó ayer Apple Pay en Singapur,
su sexto mercado hasta la fecha, y prepara su próximo lanzamiento, si
todo discurre según los anuncios hechos hasta la fecha, en Hong Kong y
en España a lo largo de este año 2016.
El despliegue en el mercado norteamericano de Apple Pay tuvo lugar el 20 de octubre de 2014, algo más de un mes después de su
presentación.
Se llevó a cabo, tal y como se había anunciado, con la participación de
los tres principales emisores de tarjetas de crédito, American Express,
Mastercard y Visa, unas 220,000 tiendas y numerosos bancos
participantes. Tras dos años y a falta de datos oficiales de Apple, que
afirma
mantener un crecimiento sostenido y de dos dígitos, algunas encuestas hablan de índices de
popularidad relativamente discretos en su uso y otras hablan directamente de un
fracaso, aunque otras fuentes afirman que un perfil de adopción de ese tipo en un producto como un medio de pago
no debería representar ninguna preocupación para la compañía. Alrededor de un 18% de los norteamericanos utilizan sus dispositivos móviles para hacer al menos una transacción semanal, y
sobre ese número, un 68% utilizan Apple Pay.
Tras el lanzamiento en el mercado norteamericano, donde el iPhone
contaba a finales del pasado año con una penetración de mercado de un
39.1%, la compañía puso en marcha el servicio en el Reino Unido, donde
el iPhone contaba con una penetración del 38.6% del mercado
smartphone. El lanzamiento en un mercado nuevo de un servicio de este tipo plantea numerosas especificidades: para el Reino Unido,
se asume que Apple ha tenido que aceptar comisiones menores de los bancos debido
al limite a las tarifas de intercambio, del 0.3% para tarjetas de
crédito y 0.2% para las de débito, que impone el Espacio Económico
Europeo. Además, las transacciones están limitadas a treinta libras
(eran veinte en el momento del lanzamiento, se elevó a treinta tres
meses después) salvo en los terminales más modernos que acepten el
estándar
Consumer Device Cardholder Verification Method (CDCVM), y algunos bancos importantes, como Barclays,
tardaron en decir que sí,
citando tensiones en la negociación de las comisiones. Actualmente, los
usuarios británicos pueden utilizar la mayoría de sus tarjetas American
Express, Mastercard y Visa de la práctica totalidad de los bancos más
importantes, con una
popularidad razonable derivada sobre todo de la mayor penetración de terminales
contactless en las tiendas con respecto a los Estados Unidos y de la adopción de usos muy comunes como el pago en el transporte público.
Los siguientes países en la secuencia fueron Canadá y Australia, los
días 17 y 19 de noviembre de 2015. Sistemas bancarios similares a los
estadounidenses, afinidad cultural… y penetraciones de iPhone del 38.3% y
del 39.6% los convertían en sospechosos habituales. Aquí, sin embargo,
la estrategia de la marca fue lanzar únicamente con American Express,
estrategia que se mantiene aún ahora, varios meses después. En China,
siguiente país en la lista, fue diferente: para un país obviamente
interesantísimo y crucial en la estrategia de Apple, pero con una
penetración de iPhone menor, del 22.2%, la compañía lanzó el pasado d18
de febrero mediante un acuerdo con el único socio con quien podía
hacerlo,
Union Pay,
la organización que agrupa a todos los bancos y emisores de tarjetas
del país, una asociación que le ha permitido estar presente de golpe en
la práctica totalidad de la industria, y potencialmente en manos de
cualquier ciudadano chino con un iPhone. Necesario, lógicamente, para un
país que, en términos de innovación bancaria, ha llevado a cabo un
notable avance que ha llevado a que Apple Pay se encuentre con
competidores muy fuertes y con gran éxito en su implantación que provienen de Tencent (
TenPay) y de Alibaba (
Alipay).
Por último, Apple lanzó ayer Apple Pay en Singapur. Un mercado
interesante, con una elevada renta per cápita, con un 38% del mercado de
smartphones en manos del iPhone, y en el que de nuevo repite
la estrategia de lanzar con American Express, aunque en este caso se
advierte en la página que el soporte para tarjetas de crédito y débito de Visa y de bancos como DBS, UOB y Standard Chartered llegará en los próximos meses.
Hong Kong y España son, según la compañía, los próximos lanzamientos,
y en ambos casos está previsto que sean únicamente para tarjetas
American Express. Pero en este caso hablamos de mercados diferentes:
mientras en Hong Kong la penetración de iPhone alcanza un 28.6%, en
España se reduce a un 9.1%, lo que convierte al mercado en todo un reto.
Muchos dirán que ese 9.1% no es “cualquier” 9.1% y que muy posiblemente
tenga una variable sociodemográfica muy potente detrás, pero no deja de
ser eso, una participación minoritaria en un mercado extensamente
dominado por dispositivos Android. Además, para hacer la cosa más
interesante, la penetración de terminales de pago preparados para pagos
móviles es de las más altas del mundo, lo que hipotéticamente podría
permitir una adopción razonablemente rápida, algo que, por el momento,
no ha tenido lugar con ninguno de los sistemas anteriores.
¿Qué estrategias veremos en este caso? ¿Qué movimientos veremos en
los bancos españoles, y hasta qué punto serán proactivos en cuanto a
alianzas para hacerse la foto con la marca de la manzana? ¿Moverá
Santander su maquinaria tras la experiencia que han tenido en el mercado
británico, que indudablemente les habrá servido de prueba dada su
importante presencia? ¿Será BBVA, habitualmente muy activa en cuanto a
adopción? ¿Afectará a esa decisión el hecho de que varios bancos
españoles ya tengan sus propias aplicaciones de pago móvil funcionando
tanto para iPhone como para Android? ¿Cómo será la aceptación de Apple
Pay en un país en el que los fenómenos sociales de adopción son, en
muchas ocasiones, sorprendentes y especialmente activos? Sin duda, del
lanzamiento de Apple Pay en España vamos a derivar interesantes
conclusiones sobre las estrategias de los bancos, su nivel de
proactividad, o las tasas de adopción. Muy pronto, en sus pantallas :-) E.Dans