Desde hace muchos años, una de mis actividades habituales es el
estudio y evaluación de proyectos emprendedores en el ámbito
tecnológico. Empezó con mis alumnos y ex-alumnos: si eres el que discute
con ellos en clase el impacto de la innovación tecnológica, la
generación de oportunidades que plantea o sus mecanismos de difusión y
adopción, parecía razonablemente normal que pensasen en ti y te
consultasen a la hora de pensar en sus propios proyectos
relacionados con la tecnología. Después, a medida que la visibilidad de
algunas de mis actividades relacionadas con los medios fue creciendo, se
extendió a otras personas: lees un artículo o ves una entrevista en el
que se habla de temas relacionados, te encuentras con que su autor es
fácil de contactar, le escribes para preguntarle si le puedes contar tu
proyecto.
Dado que hoy, casi todo proyecto tiene una parte tecnológica
razonablemente importante, la verdad es que no me falta actividad, y
considero, por otro lado, que es una buena manera de mantenerme al día.
No siempre digo que sí. claro: el día tiene las horas que tiene, y uno
no abarca todo lo que le gustaría, pero sí es una de las temáticas
habituales de muchas de mis reuniones.
Son, por tanto, muchos proyectos y muchos emprendedores a lo largo de
ya bastantes años. Proyectos en diferentes fases, desde simples “ideas
felices” hasta equipos bien organizados y con proyecciones en negro
sobre blanco. Conversaciones casuales, o interminables presentaciones
con cien diapositivas. Personas que me mandan algo para que lo lea y lo
discutamos posteriormente, frente a otros que prefieren sorprenderme y
ver mi reacción espontánea. He tenido hasta “performances”. He visto mucho, y espero que me quede mucho por ver.
Y a lo largo del tiempo, he ido encontrándome con algunos elementos
en los proyectos que me presentan que, de manera invariable, hacen
saltar mis alarmas, y que creo que puede ser interesante enumerar y
comentar:
- El NDA: por alguna razón, personas que pretenden
beneficiarse de una valoración razonablemente seria de su proyecto por
parte de un profesional cuyo tiempo vale dinero, pretenden que ese
profesional firme antes un documento en el que se compromete a no
revelar absolutamente nada de lo que le cuenten. Pocas cosas me irritan
más. A ver: si crees que tengo tan poca integridad profesional como para
que, nada más contarme tu idea, salga corriendo a contársela a otro o a
montar algo similar… ¿qué diablos haces hablando conmigo? Y si en
efecto tuviese tan poca integridad profesional, ¿crees seriamente que el
haber firmado ese papelito me detendría? Documento absurdo,
habitualmente tan genérico que pretende impedir que hables de “nada que
se parezca a lo que te han contado” (que no tiene por qué ser, y de
hecho no suele ser, especialmente “original”), que en la mayoría de los
casos está ahí para simplemente “parecer serios” o creerse ellos mismos
más de lo que son, cuando no por algún trasnochado requerimiento de
alguno de los socios o inversores. Lo siento, si no confías en mí como
para contarme tu proyecto, no me lo cuentes. Paso. Ver tu proyecto no es
un privilegio a cambio del cual esté dispuesto a firmar nada: el favor
te lo hago yo a ti dedicándote mi tiempo, no tú a mí enseñándome tu
proyecto. Que vengas con un NDA por delante implica que careces de
sensibilidad para entender lo que estás pidiendo, que no confías en el
sentido común o en la honestidad de tu interlocutor, y que no has
entendido lo que es importante hoy en un proyecto. Si pretendes que te
dé mi opinión, no me traigas un NDA, porque no lo voy a firmar, y
seguramente me hará pensar que eres muy malo.
- Que no resistas una búsqueda: veo tu proyecto,
empiezo a intentar documentarme sobre el tema, y no apareces por ningún
sitio. Nada. Ni una sola mención a tu proyecto, ni a ti, ni a nada que
tenga que ver con ello. Si además, al buscar tu nombre, solo aparece
alguna multa de tráfico impagada en el BOE, olvídate. No has hecho tus
deberes. Hacer los deberes hoy como emprendedor implica buscar
información hasta debajo de las alfombras, recopilarla, publicarla,
compartir tu proyecto y tus intenciones, hacerte conocido por ser el que
está detrás de esa idea, adquirir reputación vinculada a esa industria o
campo… cuando te plantees salir al mercado, una buena cantidad de
personas tienen que haber estado siguiendo el desarrollo de tu idea,
leyendo tu “querido diario” como emprendedor, entendiendo perfectamente
por qué estás haciendo lo que haces, quién eres, qué experiencia o
preparación te avala, y por qué te vas a salir cuando lances tu producto
o servicio. Si no estás dispuesto a invertir en eso, o si crees que si
lo haces “te van a copiar la idea”, es o bien que tu idea y tu ejecución
no valen nada (y por eso crees que la puede copiar cualquiera), o que
no has entendido nada de como funciona todo esto.
- No tenemos competencia: odio esa frase. Todo
proyecto tiene competencia. Los competidores siempre existen, y si no
existen, es porque la idea no valía la pena. Siempre hay alguien que
tiene mejores cualificaciones, mejor infraestructura, mejor preparación,
más experiencia, más marca o más recursos como para plantearse hacer lo
que tú pretendes hacer. Si no has estudiado suficientemente la
competencia actual o potencial y crees de verdad que tu proyecto es
único y sin competencia, es que por un lado no has hecho los deberes, y
por otro eres tan ingenuo como un niño pequeño. Y en un emprendedor no
me gustan ninguna de esas dos cosas. Si tu proyecto es bueno y permite
generar unos recursos, habrá otras personas, equipos o compañías que, si
no lo estaban haciendo ya, se plantearán inmediatamente hacerlo en
cuanto vean tu caso. Si no te has parado siquiera a pensar cómo vas a
reaccionar ante esa competencia, es que falta seriedad en tus
planteamientos.
- No hemos hecho números: ¿qué quiere decir
exactamente “no hemos hecho números”? ¿Estás de verdad planteándote
dejarlo todo para dedicarte a un proyecto, y no has introducido todos
los números en una hoja de cálculo y los has combinado entre sí de todas
las maneras posibles como para tener en la cabeza todos los posibles
escenarios económicos de viabilidad que puedan surgir en tu proyecto?
No, no hablo de balances previsionales a cinco años, que yo también los
sé hacer y es muy sencillo copiar y estirar con algunos porcentajes de
incremento anual… hablo de análisis de sensibilidad, de supuestos en
función de la variación de algunos de los costes clave, del impacto de
una adopción más rápida o más lenta, de lo que supondría un retraso en
los plazos de desarrollo, de un mínimo cálculo de burn rate, de
cuánto necesitáis para simplemente pagar los sueldos y mantener la
puerta abierta… algo! Si no has dedicado el tiempo necesario a ese
análisis, ¿qué hago dedicándotelo yo?
- Se vende solo: lo siento, pero se me ocurren
poquísimas cosas que se vendan solas, y he visto fracasar demasiados
proyectos porque nadie se planteaba la comercialización de una manera
mínimamente seria. Puedes tener un buen proyecto, pero si no te planteas
cómo vas a poner en marcha su comercialización, qué recursos va a
precisar y cómo van a estar estructurados operativamente los acuerdos
que firmes, no me vale. Si no eres capaz de imaginarte y visualizar cómo
va a ser tu día a día en la función comercial y tus acuerdos con tus
primeros clientes, o cómo vas a estructurar el modelo de ingresos con el
primero que utilice tu producto o servicio, te falta madurez. Si eres
un genio pero careces completamente de sensibilidad comercial, y no te
planteas tener en el equipo a alguien que la tenga, tienes un problema, o
lo vas a tener.
- La tecnología se compra fuera: si tu empresa tiene
una ventaja competitiva basada en la tecnología (y si no es así,
seguramente ni te plantearás hablar conmigo), el desarrollo tecnológico
tiene que ser tuyo. Que tengas un socio no me vale, y es algo sobre lo
que he discutido un montón con gente muy bien informada. Y tras todas
esas discusiones, sigo creyendo que ningún socio tecnológico te dará la
flexibilidad que necesitas, te permitirá pivotar cuando haga falta, te
ofrecerá hacer todas las modificaciones que la experiencia del
lanzamiento te demuestre que son necesarias, o posibilitará que mejores
con la progresión que sin duda vas a precisar para crecer. Si la
tecnología no es tuya, si sois simplemente “gente de negocio” pero
carecéis de talento desarrollador – y peor aún, si creéis que va a ser
fácil conseguirlo o que va a trabajar por dos duros o por cuatro
papelitos – lo siento, pero no me va a interesar. Las ideas con base
tecnológica tienen que poner en valor la tecnología y otorgarle la
importancia que realmente tiene.
- Los “tres amigos con un 33% cada uno”: las
estructuras accionariales son un tema complejo, que hay que planificar
con muchísimo cuidado, y que tienen que ser fruto de una reflexión muy
profunda, que provenga de conversaciones en las que no se deje nada en
el tintero. Las ideas de “tres amiguetes que se reparten la propiedad a
partes iguales” son una clara muestra de tema poco discutido o discutido
de manera poco seria, y de problemas que sin duda aparecerán más
adelante y en mal momento. Cuestiones como el origen de la idea, lo que
aporta cada uno, la visión que tienen de la propiedad y los planes o
ambiciones que tienen, lo que están dispuestos a sacrificar, etc. son
muy importantes, y yo no soy un consultorio psicológico. Tiene que estar
muy hablado, muy discutido… muy claro. Si no, se terminará convirtiendo
en un problema… que no tengo especial interés en ver.
- Gestión de influencia: será fruto de tener algo de
visibilidad, pero es otra de mis señales de alarma. Si detecto que
vienes a verme interesado no tanto en mi visión del tema o en mi opinión
sincera, sino pretendiendo “salir en la foto”, que te dedique una
entrada, un tweet o que hable de ti de alguna manera, lo
interpreto muy mal. Llámalo como quieras, rareza o lo que sea, pero no
me parece adecuado venir únicamente a buscar visibilidad y que el
presentarme tu proyecto sea simplemente un pretexto para ello. Me siento
utilizado, y no me gusta.
Seguramente haya más, y aunque empecé numerándolas, he terminado
quitando los números y dejándolas simplemente en menciones, porque
realmente no sabría priorizarlas adecuadamente. En la lista hay cosas
que directamente me enfrían y me hacen perder todo interés, cosas que me
fastidian, y cosas que considero mala señal. Pero con el tiempo, se han
convertido en eso, en señales de alarma. Si a alguien le resultan de
utilidad para pensar en la forma en que presenta su proyecto o habla de
él con terceros, me alegro un montón. Creo sinceramente que son
cuestiones que reflejan más que simples gestos. Y por supuesto,
podríamos pensar que un proyecto que no incurra en ninguno de estos
puntos es sin duda un proyecto ganador, ha alcanzado el nirvana
y no necesita asesoría de ningún tipo… pero me temo que no es así. En
proyectos emprendedores, este tipo de cosas son solo lo que está en la
línea de salida!
¿Falta alguna? ¿Sobra alguna? ¿Opiniones?
E.Dans
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