La universidad …
Fue
creada para ayudarnos a diseñar nuestras vidas. Educar a jóvenes a ser
economistas, sociólogos, filósofos, matemáticos o ingenieros. Al mismo
tiempo, en el trasfondo, fue creciendo otra ambición más extraña y más
grande incluso que el primer gran objetivo. Esta ambición aparece cuando
acabamos la universidad, cuando obtenemos el diplomado o graduado, juro
cuando ha acabado ese viaje. Es la idea de que la universidad debería
enseñarnos a cómo vivir mejor. Es decir, las universidades deberían ser
esos lugares donde ir y trabajar (no estudiar) en aquello que en
realidad importa:
• ¿Quiénes somos?
• ¿Cuál podría ser nuestro(s) talento(s)?
• ¿Cómo podríamos mejorar nuestra cultura?
• ¿Cómo podríamos ayudar a las personas que no encuentran trabajo?
• ¿Qué podríamos hacer por el cambio climático?
• ¿Cómo vamos a liderar nuestras vidas?
• ¿Cómo ser más felices de lo que fueron nuestros padres?
No
es una coincidencia que las grandes universidades se fundaron en el
siglo XIX, cuando la religión empezó a sufrir su debacle más severo.
¿Donde encontrar significado, consolación, sabiduría y comunidad? Antes
podías encontrarlo en una iglesia y ahora en una universidad, o al menos
esa fue la idea. Que la cultura y el conocimiento reemplazara La
Sagrada Escritura.
El gran problema de la universidad
Un
precioso propósito, pero hay un problema. Ve a cualquier universidad en
el mundo y plantea grandes preguntas. Cuestiones como:
• ¿Qué pasos debería tomar para vivir la vida que merezco?
• ¿Dónde podría encontrar significado?
• ¿Cómo puedo cambiar lo que importa?
• ¿Cómo sobresalir de uno mismo?
• ¿Qué hacer para ayudar a las personas que sufren la desventaja de este mundo tan injusto?
Si
lo haces, no tardarás en ser ignorado o tachado de problemático. No
tienes el permiso para realizar ese tipo de preguntas. Silencio.
No hay lugar para los irreverentes, qué pena
Este
tipo de preguntas, dramas internos, instinto, intuición, perspicacia e
insolencia están fuera de lugar en la universidad. No hay personas
entradas para resolver estos asuntos. En cambio si hay lugar para el
dogma y lo abstracto y para cualquier cosa que no sea urgente y
práctica.
Imagina temas cómo
• Crear conversaciones auténticas
• Reconocer patrones de comportamiento y entonces modificarlos.
• Manejar expectativas.
• Identificar sesgos.
• Optimizar finanzas personales.
• Hacer funcionar una idea.
En cambio puedes encontrar:
• Historia.
• Literatura.
• Filosofía.
• Biología.
Prioridades arcanas que no responden a las necesidades vibrantes que este momento demanda a gritos.
Lo que sí necesitamos en la educación
La universidad que todos queremos, esa que de verdad reemplazará iniciativa por obediencia hará cosas como:
• Reorganizar departamentos para reflejar las prioridades actuales de nuestras vidas.
• Lanzarnos contra el riesgo que todavía no conocemos.
• Colocarnos frente a la oportunidad que no entendemos.
• Enfrentar la ansiedad, frustración o miedo que todos tenemos dentro de nosotros.
• Responder a todas y cada una de esas preguntas existenciales que tenemos cada uno.
No
es una queja, las universidades pueden permanecer como son. Solo es un
aviso para que si no nos ayudan a mejorar, tendremos que hacerlo
nosotros mismos.
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lunes, 17 de abril de 2017
El gran problema de la universidad
domingo, 16 de abril de 2017
La respuesta que buscabas...
La
vida siempre nos plantea preguntas. Los momentos cruciales están
marcados por preguntas complejas las cuales no sabemos responder.
Llegarán días, oportunidades, interacciones, responsabilidades o situaciones donde tendremos que:
• Abandonar y rendirnos.
• Golpear fuerte y sin descanso.
• Reaccionar de forma instintiva.
• Tomar decisiones inverosímiles.
• Arriesgar todo o nada.
• Cambiar de dirección.
• Admitir la derrota y aprender la lección.
• Desencantar a clientes.
• Colocar a otras personas por delante de nosotros.
• Renunciar a nuestros sueños.
• Buscarnos a nosotros mismos.
Va
a suceder. Con todos estos obstáculos y baches en el viaje ¿Qué es lo
que se va a necesitar de nuestra parte para hacer que las cosas sucedan?
¿Cuál es el factor determinante final que decidirá si somos merecedores
de la victoria o no? Esta es la respuesta:
Eres tú.
El factor determinante definitivo eres tú
No
son tus circunstancias. No son tus padres. Sí, tampoco es tu cuenta
bancaria. No son tus credenciales universitarias. Eres tú. Tú decidirás
qué es lo importante. No, no es los que te sucedió o lo que tuviste que
soportar, no. Es tú, eres tú. Solo tú decidirás si cumplirás tu misión o
no. A propósito, dudo mucho que esa misión sea hacer un buen trabajo en
la oficina cada día y enfrentar solo experiencias frustrantes con tu
estilo de vida. Dudo que esa misión esté relacionada con despertar -
trabajo - casa - dormir. No me creo que tu propósito tenga que ver con
ver tus series favoritas o leer libros. No creo que esa vida sea “la
vida” para ti. Creo que estás aquí para hacer eso que te arde por
dentro.
Todos
nosotros hemos tenido que pasar malos momentos, pero hemos llegado
aquí. Tú has llegado aquí, tú has hecho que esto merezca la pena. Si
buscas la respuesta a cómo salir de sea cual sea la problemática. Si
buscas el camino hacia el mejor lugar donde viajar o si quieres
encontrar el significado de sobresalir. La respuesta está clara:
Eres tú.
Aprende, aplica, acciona.
Nada puede arrebatarte tu alma.
No hay mayor agonía que retener dentro de ti una historia no contada - Maya Angelou.
Isra Garcia
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