Emprendedores,
freelancers, estudiantes, incluso empresarios. En la mayoría de
ocasiones, en el entusiasmo de una nueva idea, sobreestiman su potencial
real.
Cuando una idea aparece, parece que es buena, o grande. ¿Siempre? ¿Es tan grande? ¿Funcionará? ¿Dónde está la línea? ¿En qué punto los pequeños detalles que pasamos por alto podrían matar esa gran idea? ¿Cuando es suficiente suficiente?
Decidir cuando asesinar una “gran idea” es una de las más difíciles y críticas habilidades que un profesional puede adquirir.
Para mí, desde mi experiencia, propia, en proyectos, negocios y con clientes, va casi todo sobre intuición e instinto. Pensando en esto, me doy cuenta de posiblemente no te será de mucha utilidad, así que voy a compartir un proceso de tres pasos para determinar si tu gran idea es en verdad tan grande.
1. ¿Sobresale desde el núcleo?
Imagina que decides lanzar una plataforma deportiva para competir contra Strava, Sportlyzer o Nike+. Todas las plataformas poseen sus debilidades y eso puede ser explotado por el cuarto jugador, la realidad es que si tardas dos años en lanzar tu producto y empezar a funcionar, no hay duda que los consumidores interesados en este tipo de servicio, ya habrán elegido otra plataforma o dado el paso al siguiente nivel.
Para evaluar la validez del núcleo de tu idea y determinar si sobresal o no, pregúntate:
2. ¿Cómo mis finanzas pueden soportar mi idea?
Empresas, startups, emprendimientos y demás iniciativas fracasan porque pocos dibujan el camino de que es lo que esa idea necesita para despegar al largo plazo.
Dale un vistazo a este análisis de CB insights, la segunda razón por la cuales la start-ups fallan en por “falta de fondos” y la primera es “no existe necesidad en el mercado”.
Así que piensa por adelantado. Escribe un obituario para tu idea antes de que despegue. Concluye las razones potenciales por las cuales tu idea podría fallar repentinamente y crea una lista comprensiva de todas esas razones. Además, pregúntate esto:
A veces nos apagamos antes de que nuestro negocio lo haga. El trabajo emocional es crucial. Si una gran idea no te vuelve loco, o sientes que tu pasión sobre ella disminuye, podría ser el momento idóneo para cargarte esa idea concepto.
Las grandes ideas no siempre fallan porque son malas.
Isra Garcia
Cuando una idea aparece, parece que es buena, o grande. ¿Siempre? ¿Es tan grande? ¿Funcionará? ¿Dónde está la línea? ¿En qué punto los pequeños detalles que pasamos por alto podrían matar esa gran idea? ¿Cuando es suficiente suficiente?
Decidir cuando asesinar una “gran idea” es una de las más difíciles y críticas habilidades que un profesional puede adquirir.
Para mí, desde mi experiencia, propia, en proyectos, negocios y con clientes, va casi todo sobre intuición e instinto. Pensando en esto, me doy cuenta de posiblemente no te será de mucha utilidad, así que voy a compartir un proceso de tres pasos para determinar si tu gran idea es en verdad tan grande.
1. ¿Sobresale desde el núcleo?
Imagina que decides lanzar una plataforma deportiva para competir contra Strava, Sportlyzer o Nike+. Todas las plataformas poseen sus debilidades y eso puede ser explotado por el cuarto jugador, la realidad es que si tardas dos años en lanzar tu producto y empezar a funcionar, no hay duda que los consumidores interesados en este tipo de servicio, ya habrán elegido otra plataforma o dado el paso al siguiente nivel.
Para evaluar la validez del núcleo de tu idea y determinar si sobresal o no, pregúntate:
- ¿Existe todavía una audiencia para mi producto o servicio?
- Si existen, ¿están todavía buscando lo que voy a ofrecer, y son propensos a buscarlo cuando estemos preparados para lanzar?
- ¿Hay alguna nueva tecnología que haya desplazado mi idea lo la vaya a desplazar pronto?
- ¿Hay alguna otra implicación sobre mi idea que puedan ser retadas de manera que pueda suponer un gran obstáculo?
2. ¿Cómo mis finanzas pueden soportar mi idea?
Empresas, startups, emprendimientos y demás iniciativas fracasan porque pocos dibujan el camino de que es lo que esa idea necesita para despegar al largo plazo.
Dale un vistazo a este análisis de CB insights, la segunda razón por la cuales la start-ups fallan en por “falta de fondos” y la primera es “no existe necesidad en el mercado”.
Así que piensa por adelantado. Escribe un obituario para tu idea antes de que despegue. Concluye las razones potenciales por las cuales tu idea podría fallar repentinamente y crea una lista comprensiva de todas esas razones. Además, pregúntate esto:
- ¿Poseo los suficientes fondos?
- ¿Excederán mis beneficios netos los costes de la adquisición de clientes?
- ¿Cómo puedo hacer más provechosa mi idea?
A veces nos apagamos antes de que nuestro negocio lo haga. El trabajo emocional es crucial. Si una gran idea no te vuelve loco, o sientes que tu pasión sobre ella disminuye, podría ser el momento idóneo para cargarte esa idea concepto.
Las grandes ideas no siempre fallan porque son malas.
Isra Garcia