El aislamiento es algo que puede ayudarnos a mejorar nuestra vida. Los retiros espirituales, los campamentos de desintoxicación digital o la desconexión de la ciudad y el trabajo son una tendencia bastante al alza. Nos convencemos a nosotros mismos que necesitamos un refugio. Un lugar donde permanecer a cubierto de tanto estrés, ruido, dolor y negatividad. Huimos de lo que se debe enfrentar. Aunque en cada vez ocasiones es positivo alejarse y tomar perspectiva. Desconectar un día cada tres semanas. Tomar ocho días de libertad cada seis meses. Sin embargo, hay algo más poderoso que todo esto. Refugiarse en uno mismo.
Buscamos
encontrarnos a nosotros mismos, cuando no sabemos quiénes somos.
Perseguimos el presente cuando ni si quiera estamos seguros de que el
ser humano está hecho para realmente vivir en el momento. Cuando tengas
dudas. Cuando necesites escapar, crecer y reencontrarte a ti mismo. O en
esencia, descubrir que sucede en tu exterior y en tu interior.
Refugiarse en uno mismo podría ser la llave. Sin duda lo es cuando
hablamos del alto rendimiento.
Parafraseando a Marco Aurelio:
"Los
hombres buscan refugio en si mismos, en el campo, en el mar, en las
montañas, y usted mismo es particularmente propenso a este anhelo. Pero
todo esto es bastante poco filosófico, la puerta está abierta, en
cualquier momento que desees, para refugiarte en mismo. El no refugio
ofrece algo más tranquilo y relajado que eso que hay en su propia mente,
especialmente, si uno puede realizar una inmersión inmediata en sus
pensamientos para colocarle en una facilidad inmediata y completa. Y no
me refiero simplemente a una vida bien ordenada. Así que constantemente,
dese esta clase de retiro y renuévese. Las doctrinas que usted visitará
deberían ser pocas y fundamentales, suficiente con un encuentro para
limpiar todo su dolor y enviarle de vuelta a lo que debe unirse libre de
resentimiento"
Isra Garcia
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