Carlos Manso, de ABC, me llamó para hablar del aniversario del día, 12 de noviembre de 1990, en que Tim Berners-Lee y Robert Caillau desarrollaron la primera propuesta de un hipertexto global, que años más tarde evolucionaría hacia lo que conocemos como la World Wide Web, y ayer publicó su artículo titulado “El clic que cambió el mundo” (pdf), en el que cita algunos de mis comentarios.
Sobre todo, hablamos del fortísimo efecto de la web en la reducción de los costes de transacción y coordinación, lo que ha determinado la aparición de una gran cantidad de modelos de negocio que aprovechan esta circunstancia para plantear modelos que antes del desarrollo de la web, habrían resultado sencillamente imposibles.
Más allá de la idea simplista de “la tienda abierta al mundo”, que solo funciona si tu compañía, tu producto o tu servicio tiene las interfaces, el interés y la capacidad logística para dirigirse a usuarios de cualquier país con una propuesta razonablemente atractiva y competitiva, la idea de reducir los costes de coordinación me resulta mucho más potente. Yo, como ya he comentado en algunas de mis conferencias, recuerdo perfectamente cómo, cuando era un estudiante en Santiago de Compostela y volvía a casa de mis padres en La Coruña los viernes para comer comida de mamá y lavar la ropa, veía cómo varias personas, al salir de la estación de trenes, me ofrecían pensión. Aquella alternativa para rentabilizar un recurso ocioso, la de apostarse a la salida de la estación y ofrecer su producto a quienes salían de ella y tenían aspecto de querer un lugar barato donde quedarse en la ciudad, hoy ha sido prácticamente sustituida por una pujante Airbnb que ofrece simplemente una plataforma para que cualquiera que tenga una casa o habitación, pueda ofrecerla sin necesidad de pasar frío en la puerta de la estación. Lo apliquemos donde lo apliquemos, esa simple característica, la reducción de los costes de coordinación necesarios para poner de acuerdo a oferta y demanda, se ha convertido en el gran cambio que hemos experimentado con la web.
Además, hablamos de cuestiones como el especial comportamiento del consumidor español en cuanto a los procesos de adopción tecnológica, de la importancia de las políticas tecnológicas y el desastre que supone que los políticos españoles solo se refieran a internet para hablar de los supuestos “terribles peligros” que supone en lugar de pensar en las oportunidades que genera, y de la enorme importancia de las plataformas móviles en la internet de hoy. E.Dans