Hay días donde lograr tus metas es algo dantesco, bueno, justo como cualquier persona en este mundo. La diferencia entre tú y una persona que sobresale más, es que este individuo trabajó de forma más inteligente en convertir los objetivos a largo plazo (en ocasiones llamados sueños) en un proceso diario. Es por esa razón, por lo que cada día cuenta para alcanzar cualquier objetivo. Esto no es nada nuevo. Tus objetivos no importan.
Tus objetivos no importan
- Si no tuvieras objetivos a largo plazo.
- Si te atiborraras a comida basura.
- Cuando evitas hacer la llamada comprometida a tu cliente.
- Si duermes menos de 4 horas al día.
- En el momento que estableces excusas por no conseguir resultados.
- Si no haces más que ser la víctima en todo lo que sucede.
- Cuando trasladas la culpa a otros.
- Si criticas en público.
- Si acaba el día y no has hecho el trabajo que importa.
- Siempre que ves la televisión.
- Cuando te pasas horas en WhatsApp.
- Si no alabas el que trabajo de tu equipo.
- Si no recoges a tus hijos del colegio o no pasas tiempo jugando con ellos.
- Cuando no entra dinero en tu cuenta bancaria por más de 30 días.
Tus objetivos no importan porque no te has preocupado lo suficiente por el proceso, por el arte y el permanecer humano. Y por haber descuidado el camino hasta llegar a ellos y el esfuerzo que merecen.
Isra Garcia