El reto de encontrar la ultraproductividad
es relativamente nuevo, y es un artefacto de un mundo donde te pagan
por estar 8 horas en el trabajo de as 24 horas que dispones. Obtienes un
salario por las horas que empleas haciendo algo, ganas dinero por
trabajar. En ese mundo ideal, es claramente una ventaja poseer un equipo
que trabaje más horas que la competencia. Trabajar más que nadie era
una forma de ser mejor mejor freelancer del diseño gráfico, empleado en
alguna empresa de transporte o logística o consultor de algún gran grupo
como KPMG. Después de todo, eso te hacía más productiva, más tiempo
para trabajar más, para producir más resultados. Siempre y cuando
definamos productividad como el resultado de euro gastado.
Déficit de horas
Sin
embargo, hay un problema, nos estamos quedando sin horas. Vivimos en el
momento en la historia que más causas hay para que una persona
desaparezca de este planeta. Ah, y hemos descubierto que no hay una hora
número 32, ni siquiera 25, solo hay 24 horas. No quedan más que esas.
De repente, no puedes ir más allá de esas 24 horas para trabajar más que
alguien que trabaja 24 horas. No puedes trabajar más que Gary
Vainerchuck porque el tipo trabaja casi 19 o 20 horas. Es decir, si yo
trabajo 20 horas y tú trabajas 20 horas, solo nos quedaría empujarnos
hacia las 24 horas. Entonces estaríamos en el límite, Newton nos
marcaría el tope.
Menos
mal, mira a tu alrededor, el mundo en el que vivimos recompensa
instinto, consciencia y apreciación. Recompensa aquellos que deciden dar
importancia suprema a una parte de su tiempo, para producir el mejor
trabajo / resultado posible en el menor tiempo que puedan. Eso les
permitirá adueñarse de más tiempo para lo que deseen. Ese tipo de
trabajo no se mide por el reloj, sino por el impacto.
24 horas, solo
Josef
Ajram no trabaja más que tú. Tampoco Brené Brown o Tara Brach. El
equilibrio entre el trabajo y la vida es una pantomima, lo mismo que el
equilibro entre comida y deporte o respirar y el estrés. En lugar de
olfatear los resquicios, intenta trabajar el 50% menos de lo que
trabajas, pero potenciando el trabajo intelectual, emocional y
espiritual que eres capaz de hacer. Trabajo inteligente. Justo en 24 horas. Solo o tanto.
Isra Garcia
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