viernes, 22 de marzo de 2013

Cómo aterrizar un plan de interoperabilidad en tu empresa Este programa funciona como una incubadora de talentos que pueden moverse en distintas áreas, innovar y conocer claramente a tu cliente. IQubadora te dice cómo.

Cuando te preguntábamos si tu empresa está lista para los talentos interoperables, clasificamos y explicamos las diversas generaciones que podemos encontrar dentro de una empresa y hablamos de la nueva tendencia en capital humano: la interoperabilidad del talento, como un salto de la movilidad geográfica a la movilidad intelectual. En este artículo, buscamos darte las herramientas necesarias para echar a andar un programa de interoperabilidad en tu empresa. La única constante es el cambio. Con el paso del tiempo y a través de las distintas generaciones podemos observar diversos paradigmas alrededor del ser y el hacer dentro de una organización. El reto para las empresas es estar lo suficientemente preparados para sumarse a las nuevas tendencias de manera eficaz y estratégica. ¿Estás consciente del siglo en el que vives? Cualquiera responderá con toda certeza que vive en el siglo XXI, sin embargo, muchos empresarios y organizaciones continúan operando bajo ideologías del siglo XX, a través de esquemas de motivación que se centran en la transacción de dinero por un entregable. Bajo ese esquema, el colaborador recibía órdenes esperando entender los procesos de la A a la Z. Qué tiene que hacer, cómo lograrlo a través de manuales y procesos, y qué podía esperar de la empresa en caso de cumplir o exceder sus objetivos para un pago adicional o premio. Actualmente, los colaboradores no deben centrarse, únicamente, en entender los procesos y las operaciones, sino que requieren de una noción y habilidad para entender las demandas del cliente, mirar hacia afuera de la organización para optimizar su servicio y generar propuestas de valor teniendo la capacidad de conceptualizar la ambigüedad, crear un traje a la medida y tener los conocimientos y voluntad de hacer que las cosas sucedan. Entramos a la era del qué puedo hacer para dejar atrás el qué tengo que hacer. 5 Claves para lograrlo 1. Inyéctale una dosis de Interoperabilidad a tus días Desarrolla un programa de interoperabilidad que habilite a tus colaboradores para llevar a cabo actividades diferentes a sus operaciones cotidianas. Va mucho más allá de colocar una mesa de ping pong en la oficina para usarla en sus tiempos libres, esta intención (aunque es noble) puede ser poco rentable y realista debido a la urgencia e importancia de las tareas cotidianas. La idea de la interoperabilidad es fomentar la creatividad e innovación de los colaboradores, a través de actividades que les permita explorar qué es lo que realmente les apasiona hacer dentro de la empresa y de ahí generar innovación. A propósito de esta, Peter Drucker definía dos elementos fundamentales en la continuidad de la empresa: la innovación y el marketing. Un buen ejemplo, sería la posibilidad de que alguien que lleva un tiempo en el departamento de ventas, tenga la oportunidad de realizar actividades de marketing o publicidad, entender y conocer las prácticas y funciones de un puesto como Trade Marketing tal vez. Lo anterior se traduce en una interacción ganar-ganar, en dónde la empresa gana ideas potenciales para incrementar su productividad y el colaborador gana la posibilidad de trabajar en actividades que realmente le apasionen, dejando atrás las practicas transaccionales de dinero por entregable, incursionando en niveles más profundos para la creación de abundancia y finalidad. 2. Deshazte de la capa de Superman Muchas veces se tiene conceptualizado que el único responsable de que las cosas sucedan es el Director General o un fundador de empresa. Nada más lejos de la realidad. Los líderes y empresarios necesitan rodearse de gente que les ayuden a lograr sus objetivos y que les aporten ideas. Rodearse de los mejores y de personas mejores que ellos. Recibir información de distintos canales, conceptos y formas de ver te será útil para tomar mejores decisiones. El reto consiste en cambiar la idea de que las personas deben de ocupar ocho horas o más, única y exclusivamente a las actividades para las que fueron contratadas. Brindarles la oportunidad a los demás para participar en actividades alternas a su trabajo puede traer grandes beneficios. La creatividad e innovación provienen de aquellos momentos en los que las personas no están operando. Si una persona opera constantemente entonces no está concibiendo algo nuevo. 3. Busca talento que desempeñe soluciones, no funciones para tus clientes Necesitas gente que piense en términos de soluciones, más allá de los procesos. Para esto se requiere de un talento específico, alguien que entre de lleno a la operación, pero que realmente entienda las necesidades del cliente. De ahí la tendencia hacia la mass customization (traje a la medida en masa para tus clientes). Se trata de lograr escalar tu negocio para muchos otros clientes. Dirigirte de manera personalizada a una gran masa de gente. Cambiar el paradigma y entender que un traje a la medida no necesariamente es difícil y complejo, además de que no tiene por qué llevarte mucho tiempo, de lo contrario la empresa no podrá ser rentable ni escalable. 4. Migra de los procesos al conocimiento En el siglo XXI, los colaboradores ya no son sólo una parte del proceso. La interoperabilidad les permite salirse del proceso para experimentar, desde afuera, diversas capacidades de la empresa y encaminarlas hacia las verdaderas necesidades del cliente. Busca talento que entienda el negocio. Genera el espacio que les brinde las habilidades y conocimientos que van de un área a otra para poder entender tu empresa y ofrecer una respuesta más asertiva tus clientes. Piensa en cómo hemos sido testigos del cambio en el sector automotriz, este sector se transformó en “armador” literalmente, pegan piezas como un motor, previamente elaboradas por alguien más (Tiers) con robots que no requieren mano de obra. 5. La simple pregunta que puede cambiar tu empresa: ¿Quieres? No a todos los colaboradores les interesará participar en el programa de interoperabilidad. Es importante que detectes quién en la empresa cumple con ese perfil y tiene la voluntad de adquirir ese compromiso. Generalmente son los colaboradores más inquietos. Es importante dejar claro que participar en dicho programa no implica un aumento en sus percepciones económicas. Sin embargo, el que sea un programa opcional, no lo exenta de su naturaleza formal y productiva. Es un programa que debe ser mesurable, en el que los participantes reporten sus experiencias, observaciones y propuestas. Es indispensable que mantengas un sentido de aprendizaje y crecimiento, más allá de las exigencias cotidianas y retribución correspondiente a cada puesto. Sí, acepto La libertad de elegir va de la mano con el compromiso. El colaborador que muestre interés en participar lo hará por convicción, no por imposición y así es como una empresa puede generar vínculos de mayor confianza y lealtad con su gente. De acuerdo con Gallup, en EU hay aproximadamente 100, 000,000 de trabajadores de tiempo completo que trabajan por lo menos 35 horas a la semana, de los cuales 20, 000,000 son activamente no comprometidos (19%), es decir no están conformes en la empresa. El otro 53% corresponde a los no comprometidos, los cuales no generan problemas pero solo están ahí matando el tiempo. Finalmente, encontramos que el 28% restante corresponde a los comprometidos, aquellos que son la fuerza creativa detrás de todo lo bueno que pasa en la empresa y los únicos que generan nuevos clientes Este programa es un espacio de respiro para poder cambiar el “chip” o bien hacer algo distinto. Es parte de un plan de desarrollo de talento. Los beneficios tangibles, para los colaboradores, se observarán a corto plazo, ya que siempre resulta sano dejar de hacer algo de lo que haces todos los días y experimentar nuevas posibilidades. A mediano y largo plazo, esta experiencia les abrirá el panorama para aspirar a un cambio cuando haya una vacante en el área que les resulte más apasionante. La interoperabilidad no es una característica que puedas solicitar en una descripción de puesto. Se trata de una habilidad que ciertos colaboradores tendrán y otros no (independientemente de la generación a la que pertenezcan). El reto es estar preparado para poder responder a esta tendencia ya que si tú no les brindas ese espacio, es probable que lo busquen en otra empresa y puedes perder talento valioso para el crecimiento de tu negocio.
 

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