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domingo, 3 de marzo de 2013
Alicante y su situación, una entrevista para leer y guardar
JUAN JOSÉ SELLÉS. Expresidente de las Pymes y vocal del Comité Ejecutivo de la Cámara
´Los dirigentes de esta Comunidad gobiernan para Valencia´
Se lamenta de que falta liderazgo y de que las organizaciones empresariales están en manos de "tontos útiles
Un momento de la entrevista con el empresario, miembro de la ejecutiva de la Cámara.
El que fuera hasta hace unos meses el máximo representante de las pequeñas y medianas empresas alicantinas y de la Comunidad Valenciana, Juanjo Sellés, se lamenta de que falta liderazgo en la provincia y de que las organizaciones empresariales están en manos de "tontos útiles". Crítico con la gestión de la Generalitat, asegura que Valencia copa las grandes inversiones
Usted ha sido presidente de CEPYME, y dimitió, y de CEPYMEVAL y ha optado por no presentarse a la reelección ¿Está desengañado de las organizaciones empresariales?
Desengañado no. Rotundamente no. Sigo creyendo en el asociacionismo y en las instituciones, que están por encima de las personas. Otra cosa es que en este momento hay mucha más gente con cargo que con poder.
Al perder Cristóbal Navarro, su sucesor, las elecciones a la presidencia de CEPYMEVAL, la provincia ya no lidera ninguna de las tres organizaciones empresariales de la Comunidad Valenciana. ¿Cómo afecta eso a los pequeños y medianos empresarios alicantinos?
Lo que realmente afecta es que el poder no está en manos de los representantes de las pymes, sino de los de las grandes empresas. Los grandes problemas de las pymes son la financiación y la energía, y ahora están representadas junto a los bancos y a las compañías energéticas.
Puesto que tradicionalmente la presidencia de CEPYMEVAL la ha ocupado un alicantino, ¿cree cierto que ha habido un pacto entre Valencia y Castellón?
No. En esto no hay pacto escrito y el de las organizaciones empresariales no es un mundo de caballeros. Pero las elecciones no las ha ganado Castellón. La maniobra es para que Valencia tenga el poder, siempre es igual. Y aquí lo importante es que el presidente de CEPYMEVAL es el vicepresidente primero de CIERVAL. Yo no me he vuelto a presentar por coherencia, porque renuncié por motivos familiares y profesionales, que son los que me importan, a pesar de que en la última Junta me dijeron que era una irresponsabilidad.
¿Está de acuerdo con Cristóbal Navarro en que ni COEPA ni el secretario general de CIERVAL, el alicantino López Mora, han apoyado su candidatura?
No se puede responsabilizar a nadie de lo que nos pase a nosotros. Él tenía que ganar aquí y le guste o no con apoyos, con socios de AVE. La única vez que las pymes alicantinas conseguimos tener fuerza fue cuando había una buena relación entre el presidente de COEPA y el de CEPYME; que éramos Rafa Martínez Berna y Juanjo Sellés. COEPA vive de espaldas a Valencia y los empresarios alicantinos también; pero ya no es que nos cierren las puertas, es que no tenemos un proyecto común ni sabemos qué órganos son realmente ejecutivos y en cuáles hay que tener representación. No estamos en Madrid ni en Bruselas, que es donde hay que estar. La llegada de Moisés Jiménez a COEPA, siendo presidente de IFA, una institución que depende de la Generalitat, sólo tiene un fin: defender ese proyecto. Pero la presidencia de COEPA le viene grande..
Usted sigue perteneciendo al comité ejecutivo de la Cámara de Comercio. ¿Cómo ve su futuro? ¿Y el de COEPA?
El futuro de COEPA está garantizado en la Constitución, porque es un sindicato empresarial y tiene que firmar los convenios colectivos. Y el de la Cámara está en manos del Estado, de la Ley de Cámaras. Hay que redefinir las instituciones empresariales, ver si están vigentes las funciones para las que fueron creadas y analizarlas. La Cámara, especialmente, porque tiene un papel más activo. Lo que no puede ser es que el mal uso de las organizaciones empresariales, debido al número de tontos útiles al mando de ellas y a la mucha gente que ha superado su umbral de incompetencia, haga creer que no vale la institución. Y en este momentos están en manos de ésos.
¿Está llamado tonto útil a José Enrique Garrigós?
No quiero dar ningún nombre, pero en general todos los que hemos estado. Yo también, porque a mí me ponen creyendo que soy más tonto de lo que soy. No manda el que está, sino el que pone.
¿Y quién pone?
No siempre eres consciente. Te ponen otros.
Explíquese ¿Políticos? ¿Empresarios?
Sí, no voy a decir más.
¿Cuál es su diagnóstico sobre las pymes alicantinas?
Las pymes son una bendición, como lluvia para el campo. Una pyme no es una gran empresa frustrada, es una solución distinta a problemas dinámicos. Actualmente los pequeños empresarios se han adaptado en gran medida a la nueva situación económica; son conscientes de lo que ha ocurrido y están empezando a recobrar la ilusión. Y eso que han sido los grandes damnificados de la crisis. El daño colateral de una guerra entre grandes, porque la crisis es una gran mentira. Nos han hecho creer que el dinero vale más que las cosas y eso es un error, porque dinero se puede hacer más; es cuestión de decidirlo.
¿Cuál es el mayor problema de las pymes?
La falta de consumo. La falta de confianza del público en general. La gente tiene mucho miedo a necesitar el dinero. Una de las peores medidas que ha tomado el Gobierno es tocar el sueldo de los funcionarios. Se creían intocables y eran ajenos a la desconfianza, porque se sentían seguros, así que garantizaban el consumo. La compra es la redistribución de la riqueza.
¿Y la morosidad de las administraciones?
Es una vergüenza. Es una apropiación indebida de los fondos que administran. No son de ellos, son públicos. Cuando entramos en la crisis, sobre el 2007, las ideas de nuestras administraciones fueron el Plan E y el Plan Confianza, con lo que se apropian del dinero de sus proveedores aumentando la deuda y sin optimizar los pocos recursos que quedaban. Hasta la llegada del plan de pago a proveedores no se ha hecho absolutamente nada que realmente paliara los efectos de la crisis.
¿El pequeño empresario está notando la desaparición de nuestras Cajas?
Sí. Todo lo que sea una concentración es caminar hacia la oligarquía y eso implica reducir la libertad y tener que aceptar condiciones por falta de oferta.
¿Cree que se podía haber evitado la debacle de CAM y Bancaja?
Sin duda, no habiendo aprobado las autonomías. No permitiendo que estuvieran al servicio de los poderes establecidos, como banco de los partidos gobernantes. No permitiendo que entraran en los órganos de poder políticos y gente poco preparadaÉCuando la Caja deja de ser tal también deja de tener una función social.
¿Está en contra del Estado de las Autonomías?
Rotundamente sí. Yo defiendo un Estado centralista, porque hay una manera de gestionar el espacio nacional con los servicios sociales básicos, educación, justicia, sanidad y cultura, en común para abaratarlos y con el mismo coste para todos los ciudadanos. Fuera de esas cuestiones relevantes no me importa que cada uno tenga su reino de taifas.
¿A su juicio quién cree que son los máximos responsables del desastre de las cajas?
Francisco Camps y Modesto Crespo, con muchos cómplices necesarios. Roberto López, desde luego, y la política de crecimiento de la señora Amorós. El enfrentamiento entre ripollistas y campistas. Añádele el débil poder empresarial, una sociedad civil que no quería mirar y una obsesión increíble por salvar a Bancaja.
¿Piensa que el Sabadell está cubriendo el hueco de la CAM entre el empresariado alicantino?
No, en absoluto. La cercanía y la proximidad que se tenía con el personal se ha perdido. Ahora mismo no se identifica al cliente como tal, ni se evalúa su trayectoria. Es más, el Sabadell en este momento se ha convertido en un competidor para el sector inmobiliario y de la promoción, que debería volver a ser un motor de nuestra sociedad. Y el papel social de la Caja, y el de su Obra Social, se ha perdido. Además, hay un resentimiento claro con el tema de las preferentes que no está en absoluto resuelto. Para nada cubre el hueco de la CAM, ni es su voluntad. Su voluntad es el negocio.
¿A qué podemos agarrarnos en el huracán de esta recesión económica?
A la gente. Las personas, los valores, las ideas, la religión. A la esencia de las cosas, a la familia, al esfuerzo, al trabajo, al sacrificioÉ
¿Cómo valora la gestión del Gobierno autonómico en estos últimos años tan duros?
Negativamente. Creo que no se han dado las funciones de Gobierno, no se ha sabido gestionar la falta de recursos. Se han intentado reducir los gastos y no se ha pensado la manera de aumentar ingresos. El problema más importante de la Comunidad Valenciana ha sido la falta de vertebración, que se agudizó desde la llegada al poder del concejal de Rita Barberá, Francisco Camps. Rita Barberá es una de las grandes culpables de esta Comunidad, pero ha hecho su papel como alcaldesa. Valencia es la ciudad que más recursos capta de toda Europa. Y los recursos de la Comunidad Valenciana con grandes eventos han ido al servicio de la capital. Al menos ella ha cumplido su función.
¿Entonces, a su juicio el culpable de la falta de vertebración y de las grandes inversiones para Valencia era Camps?
Repito que no manda el que está, sino el que pone
¿Insinúa que fue Rita Barberá quien puso a Camps al frente de la Generalitat?
Él ha hecho todo lo que le ha dicho Rita.
¿Y de la gestión del presidente Fabra qué opina?
Yo creo que le ha tocado el peor de los escenarios. Lo que no implica que no tenga responsabilidad. Hay una deuda acumulada enorme y desde el principio se le está pidiendo un plan de pagos que se dilata en el tiempo. La deuda en los grandes servicios sociales como sanidad, el impago a las farmacias o a los colegios, han hecho que se optara por una política recaudatoria y de aumento de tasas sobre una estructura productiva básicamente de pymes, que no producen lo suficiente para subsistir y encima se les esquilman los pocos recursos que tienen. Sólo con política de gestos no se solventa el problema. Hay una distancia enorme entre las administraciones y los ciudadanos, y con los políticos igual porque no están al servicio de la gente.
¿Y el Gobierno Central?
Ni está ni se le espera.
Cambiando de tema ¿Cómo cree que está afectando la corrupción a la sociedad alicantina?
Yo creo que siempre ha existido corrupción en la misma medida que ahora. El problema es que hoy te están robando el sustento y evidentemente se lleva peor, porque con las cosas de comer no se juega. No es momento para un mal redistribuir. La ley de financiación de partidos ha favorecido todo esto, porque como los gastos son superiores a los ingresos que se permiten se financian alegalmente. Y no hay control. Las listas cerradas también contribuyen a que se propicie la corrupción.
¿Y en qué momento piensa que un político bajo sospecha debería dejar su cargo?
En el momento en que no cuente con la confianza de su electorado. Y si no, que cambien la ley para que quede claro y no tenga que evaluarse cada día caso a caso.
¿Qué necesita Alicante para dar un salto hacia adelante?
Lo primero creérselo. Tener un proyecto de ciudad. Ejercer la capitalidad y explotar todos los recursos que tiene. Y en cuanto a la provincia, globalmente, necesitamos presencia en los órganos ejecutivos y donde se adoptan resoluciones en Madrid y en Bruselas. Necesitamos cargos medios en todas las consellerias. Ideas y líderes que estén dispuestos a sacrificarse por un proyecto común.
Pasemos al capítulo de Infraestructuras ¿Qué hacemos con el Puerto?
A mí me gustaría hacer aquí un puerto deportivo. Un Puerto Banús. Elevar el nivel del turismo que viene en sus yates, porque eso generaría riqueza e implantación de marcas de prestigio y de más nivel adquisitivo. Apostaría claramente por un puerto deportivo turístico, de calidad e integrado en la ciudad.
¿Tenemos el aeropuerto que necesitamos?
Sí. No está sobredimensionado. Jamás hubiera cerrado la zona antigua, la hubiera dejado para las compañías "low cost" y la gestionaría de forma más barata. No sé si es viable, pero la idea sería un aeropuerto dentro del aeropuerto, con dos tipos de gestión diferenciados. El mayor problema del aeropuerto es que es una infraestructura muy mal comunicada. Debería llegar el TRAM desde la ciudad y una lanzadera desde Benidorm. Además, las entradas desde Alicante tendrían que ser infinitamente mejores. Cuestión aparte es que el comité de rutas esté integrado por otras personas o empresas que sean capaces de sacarle la máxima rentabilidad.
¿El AVE llega a tiempo o ese tren viene tarde a Alicante?
Nos ha perjudicado que se haya ralentizado. Debía de haber llegado aquí antes que a Málaga y Valencia, pero no hay que mirar para atrás. Hay que alegrarse de que llegue y es un buen momento.
¿Cuánto hay que batallar para no quedarnos fuera del corredor mediterráneo?
Lo que haga falta. Es de los proyectos más importantes que hay ahora mismo en Europa. No podemos permitir que un tramo finalice en Valencia. Si la Comunidad Valenciana es como tal, debe de llegar hasta el último pueblo. Es más, hasta Algeciras, porque tenemos que estar comunicados con el norte de África al Canal de Suez y con Ámsterdam, porque que es el puerto por donde salimos al norte. Tiene que haber una unión sin fisuras para conseguirlo, pero me temo que llegará hasta Valencia, que se convertirá en el puerto de Europa, y ahí se paralizará durante una década, y luego se moverá.
¿Su discurso no es muy victimista frente a Valencia?
No. Es muy difícil que sigas defendiendo un proyecto del cual no sacas beneficio, porque no estás implicado. Los gobernantes de esta Comunidad gobiernan para Valencia.