lunes, 16 de febrero de 2015

¿Cuándo caduca un líder y cómo debe entregar el mando?

Afianzarse a un puesto puede frenar el crecimiento de una empresa y ser un líder también es reconocer el momento de su propia vigencia.

¿Cuándo caduca un líder y cómo debe entregar el mando?

Reconocer las tres etapas de crecimiento de un líder y saber cuándo soltar el timón es fundamental para el crecimiento de una empresa.

16-02-2015
POR: Javier Rodríguez Labastida
Todos tenemos una vigencia y en las empresas, los líderes, a pesar de su relevancia, también deberán asumir el momento para decir adiós. Puede ser la edad, un cambio en el giro de la empresa, la introducción de nuevas tendencias, o el cansancio. Sea por cualquiera de estos motivos, un líder debe reconocer cuando su influencia está llegando al ocaso y retirarse.
Para entender este momento, Jorge Llaguno, profesor de Factor Humano y director académico del Executive MBA del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (Ipade), señala que un líder tiene tres etapas durante su estancia en una empresa.
Ascenso. En esta primera fase, el líder busca ganarse a sus compañeros. Construye los elementos que le darán una figura relevante en la empresa. “Es el momento de tomar riesgos, de aprender de los mentores, de hacer prueba y error, equivocarnos y aprender de nuestros errores”, dice Llaguno.
Estabilidad. En el segundo nivel, el líder se afianza y toma el control. “Cuando ya nos ganamos la confianza de los demás y hemos aprendido de los errores, entonces podemos tomar decisiones que abrirán camino para el crecimiento de la empresa”, dice el investigador del Ipade.
La entrega de la estafeta. Es el momento en el que el líder sabe que es hora de un cambio, que el equipo necesita una nueva figura de poder, y aceptar la llegada de un nuevo líder o, en su caso, preparar a algunos miembros del equipo para que puedan asumir esa posición. Sin embargo, el proceso no es tan sencillo.
“Muchos líderes fallan en la tercera etapa. La riqueza que aporta no está en seguir dominando el barco. Lo que sigue ahora es que escojan a las personas que van a seguir detrás de ellos, que los preparen y aconsejen y eventualmente hagan una entrega que permita que la organización se mantenga fuerte.
“Sin embargo, cuando un líder tiene miedo a volverse irrelevante, lo que hace conforme ve que se aproxima esta etapa final, es empezar a centralizar sus decisiones”, agrega Jorge Llaguno.
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Preparando el camino

Irma Flores, directora de la consultora en Recursos Humanos Red Ring, asegura que un líder debe aceptar cuando llegue el momento de decir adiós.
“No puedes pensar que vas a estar todo el tiempo. Todo tiene un proceso de madurez y conclusión y es sano tener siempre presente que esto no va a ser indispensable o básico”, señala.
El académico del Ipade agrega que si el líder no asimila su salida suele centralizar las labores, en lugar de delegarlas. “Empieza a estar centrado en tener resultados en vez de formar gente, y se vuelve una persona muy controladora y con mucha presencia, pero en cuanto acaba su estancia deja sectores muy débiles”.
Al actuar de esa manera, el líder busca en el fondo ser extrañado, “pero lo que no se dan cuenta es que ya no pueden construir lo que han destruido”.
“Cuando un líder no es capaz de dejar el barco, se vuelve incompetente”, Jorge Llaguno, académico del Ipade.

Ser líder hasta el final

La influencia de un líder se visualiza incluso en su forma de despedirse. Irma Flores señala que si la empresa no termina la relación con el antiguo líder de una forma adecuada, puede ocasionar una desbandada de empleados.
La empresaria y consultora recomienda que la empresa dé oportunidad al líder saliente de introducir al líder entrante, pues un acto así genera una sensación de optimismo y mejora para los empleados y para los objetivos.
“Si el antiguo líder le dice a su equipo que va a entrar una nueva persona porque tiene la capacidad, puede lograr que la gente se suba muy rápido al cambio y apoye de forma inmediata al nuevo líder. Esto pulveriza el miedo al cambio. Porque en muchas ocasiones, se va un líder y se va su gente”, dice Flores.
Otra recomendación es que el líder saliente designe a alguien como coach para que integre al nuevo líder en la cultura, el ambiente y el entorno de la empresa, y el proceso de adaptación sea más suave.

El fin de un ciclo, pero no de una carrera

¿Qué pasa cuando dejas ese espacio donde alcanzaste la gloria? Dejar de ser líder no es un proceso fácil. Diego Armando Maradona tuvo varias crisis con las adicciones tras su retiro de las canchas, Enrique Bunbury tuvo un par de tropiezos musicales ante los críticos tras su salida de Los Héroes del Silencio, incluso Katharine Graham tuvo altibajos cuando dejó a su hijo Donald la dirección de The Washington Post, tras haber revelado los escándalos del Watergate.
“Nunca debes quedarte en una zona de confort. Siempre hay que tener presente que el ciclo de tiempo es a la inversa, y cuando como líder sabes que viene tu momento de fin de ciclo debes estar preparado emocionalmente, y económicamente
“Hay que tener ahorros, hay que saber que si ya no quieres ser parte de la cabeza de un grupo, puedes poner un negocio, emprender o dar asesorías y consultorías, eso también te mantiene en tu área productiva”, dice Irma Flofres.
La consultora señala que la familia es un apoyo fundamental para el líder, pues éste se integrará a un ciclo en el que la gente cercana estaba acostumbrada a verlo en un hábito laboral y debe apoyarlo en cualquier nuevo proyecto, o inclusive en el descanso.
“Es una pérdida que debes vivir. No es lo mismo saber que tienes que vivir una pérdida a que llegue de pronto”, pero en cualquiera de los dos casos es bueno hacer un monitoreo emocional de cómo cambia la vida.

“El impacto psicológico o emocional de retirarse puede ser igual a la pérdida de un ser querido”.

 

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