El éxito en uno mismo va sobre aquello que puedes controlar y no perder la cabeza sobre lo que no puedes llegar a controlar, el tiempo, la economía global, el tráfico hacia el trabajo o el juego de la ruleta. Sin embargo, si podemos controlar nuestros hábitos diarios: nuestras rutinas o rituales más personas son los que definen quienes somos y lo que hacemos. Aquí hay seis hábitos diarios que considero importantes para llegar a esa clase de éxito personal.
Hábito diario número 1: tiempo para ti
Es imprescindible tener tiempo para ti, cada día. Ya sean treinta minutos, una hora o dos horas, para hacer lo que te apetezca, meditar, hacerte preguntas incómodas, tumbarte en el sofá y escuchar música, pintar cuadros, jugar a la petanca o aprender a hacer algo nuevo, tiempo para ti, solo para ti. Trata de no compartido con nadie más, si lo haces, no será tiempo para ti, sino tiempo compartido, lo cual no está mal, pero eso va en otra categoría, si inviertes tiempo en estar bien, tu relación con el trabajo, el deporte, otras personas, mejorará.
Hábito diario número 2: haz deporte
Ya sea correr cuarenta minutos todas las mañanas, nadar 20 minutos en la piscina, salir a rodar treinta kilómetros con la bici de montaña o carretera, una hora de DeRose Method, escaparte al rocódromo o quizá una partida de padel o tenis al mediodía o crossfit al caer la noche. Aquello que más pleno te haga sentir, prueba hasta encontrar el deporte que mejor te sienta y practícalo cada día, si no puedes una hora, treinta minutos, pero todos los días. No hay excusas para no hacer diariamente veinte o treinta minutos, no las hay ni siquiera para una hora.
Hábito diario número 3: fija tiempo para leer
Ya sea antes de dormir, en el tren o metro hacia el trabajo, en el baño (mi momento preferido) o en el desayuno, marcar algo de tiempo en tu día para perderte a ti mismo dentro de un libro tiene inmensos beneficios mentales y emocionales. Hay estudios como este que demuestran que una novela puede mejorar tus funciones cerebrales. Otros estudios como este de Liverpool demuestran que treinta minutos de lectura a la semana, solo treinta minutos a la semana, pueden ayudarte a mejorar tu estado de ánimo ¿te imaginas cada día?. Desde que he vuelto a leer cada día duermo mejor. Aquí puedes encontrar otros seis motivos científicos por los cuales deberías considerar leer.
Habito diario número 4: tiempo quieto en soledad
Este es diferente al hábito número uno, aunque pienses que podría ser lo mismo, no lo es.
Cada persona de éxito que he conocido tomar deliberadamente tiempo para estar quieta y evadirse de la conexión digital, del whatsapp y de la masa. Albert Einstein (no, no lo conocí) era famoso por esconderse una semana sin hablar con nadie para estar solo con sus pensamientos. Cada día dedico 30 minutos al despertar y antes de acostarme para estar solo conmigo mismo pensando, sin nada más.
Emplear tiempo en soledad, meditando, o solo estas solo con tus pensamientos, te permite restaurar tu cerebro y refrescarte, esto puede ayudarte a salir de problemas complejos que puedas experimentar. la concentración funciona mejor que el ruido.
Hábito diario número 5: haz tus tareas del hogar
Parece algo absurdo, pero no lo es, esto que siempre nos han enseñado en casa nuestros padres o abuelos, sacar la basura, hacer la cama por la mañana, lavar los platos, poner la lavadora, tender la ropa, barrer el suelo. Todo ello no es más que un firme compromiso por ti, es respeto por tu propio espacio. Te conecta con el modo ultraproductivo y te hace ver las cosas de una manera más adecuada. Todo está en su sitio. Cada día empleo tiempo en hacer las tareas del hogar, principalmente por la mañana, al comenzar el día, me ayuda a tomar una dirección.
Hábito diario número 6: escribe más
Escribir tus planes, objetivos, acciones que vas a tomar, llamadas que vas a hacer, reuniones que vas a mantener, fechas límite que vas a cumplir, pagos que vas a realizar, etc. es el cemento de tu compromiso hacia cumplir todo ello. Hazlo simple, antes de hacer algo, piénsalo y escríbelo, no reacciones a estímulos externos, causados tú. Lo fácil es estar distraído, justo como estaba hace diez minutos respondiendo a los emails que iban entrando en mi bandeja de correo electrónico. E.Dans