jueves, 31 de enero de 2013

Ecoemprendedores, una vía que España necesita para salir de la crisis

Por Luis Morales Carballo, co-fundador de Emprendae, Es el momento de emprender proyectos y fomentar el autoempleo en el ámbito del medio ambiente: el sector de la economía verde es el que más está creciendo (junto con el de las nuevas tecnologías), la sostenibilidad ambiental es sinónimo de ahorro y viabilidad para las empresas, haciéndolas más atractivas y prósperas, y se trata de un sector clave para el cambio de modelo productivo y la superación de la crisis. Las ideas no valen nada, lo verdaderamente importante es la forma de llevarlas a cabo La superación de la actual crisis económica (en realidad sistémica y de valores, de ahí que sea también una crisis política, como estamos viendo) requiere del concurso ineludible de “emprendedores responsables”, que sean capaces de generar valores ambientales, sociales y económicos positivos, tanto desde un punto de vista externo (su entorno) como interno (su forma de operar). Entre estos emprendedores responsables, solemos distinguir emprendedores sociales (cuyo valor más notorio es el social, puesto que habitualmente nacen como respuesta a un problema o necesidad social) y emprendedores verdes o ecoemprendedores (que destacan por mejorar nuestra relación con el medio ambiente). No obstante, ambos están íntimamente relacionados pues no cabe una sociedad al margen del medio ambiente. Cualidades y características del ecoemprendedor Grandes dosis de pasión y motivación, una elevada formación y especialización, y conciencia social, son cualidades básicas que debe albergar un ecoemprendedor. La conciencia social es evidente, pues hemos identificado al ecoemprendedor entre los “emprendedores responsables” que procuran generar nuevos valores, facilitar el cambio de modelo y la innovación social. Una elevada formación y especialización así como un conocimiento preciso del sector ambiental son indispensables: antes de emprender un proyecto propio, es recomendable haber trabajado por cuenta ajena en alguna empresa del sector (de este modo llevaremos el “eco” con nosotros) y además formarse en finanzas, marketing, gestión empresarial, etc.: evitaremos darnos de bruces nada más empezar. Cada vez más universidades y escuelas de negocio ofertan másteres y cursos de especialización orientados a emprendedores, donde se enseñan este tipo de materias que necesitamos dominar los emprendedores (seamos “eco” o no). Finalmente, la pasión, motivación y confianza son absolutamente esenciales. En realidad, constituyen la base de todo: sin motivación, confianza en uno mismo y en el equipo, y firme convicción en lo que hacemos, no hay proyecto que emprender por muchos conocimientos de medio ambiente que tengamos. En Emprendae tenemos muy claro que nuestro fuerte es el equipo y la confianza en nosotros mismos. Las ideas no valen nada, lo verdaderamente importante es la forma de llevarlas a cabo, aportando valor y siendo siempre fiel a uno mismo y a nuestro equipo. Esto es lo que nos distingue y por lo que nos aprecian nuestros clientes. Sectores o áreas donde emprender en verde Sin ánimo de ser exhaustivos, algunas áreas donde emprender proyectos en el amplísimo campo del medio ambiente pueden ser: 1) energías renovables y gestión de recursos (agua, residuos, etc.); 2) ecoindustria y ecología industrial; 3) ecodiseño y análisis de ciclo de vida; 4) servicios ambientales a empresas y administraciones (consultoría, ingeniería, auditoría ambiental); 5) educación e información ambiental; 6) agricultura y ganadería ecológicas; 7) silvicultura (gestión y ordenación forestal, reforestación, aprovechamiento de biomasa, etc.); 8) rehabilitación de viviendas y arquitectura bioclimática; 9) ecoturismo (espacios naturales, gastronomía rural, deporte y naturaleza, ocio, etc.); 10) transformación del sector transporte (movilidad sostenible, biocarburantes, etc.); 11) transformación de los sistemas urbanos (diseño de modelos urbanos compactos y complejos, smartcities, etc.); 12) economía de la biodiversidad (custodia del territorio, pagos por servicios ambientales, biomedicina, etc.); y 13) conservación de la naturaleza e investigación en especies amenazadas, entre otros. El Informe Empleo Verde en una economía sostenible, elaborado conjuntamente por la Fundación Biodiversidad y el Observatorio de la Sostenibilidad en España, es un muy buen documento donde ampliar información en este sentido. Hay un dato que habla por sí solo del auge del sector: hemos pasado de “158.500 puestos de trabajo en actividades de contenido ambiental en 1998 a 531.00 puestos en 2009, un incremento del 235%”, según nos recuerda el mencionado informe. Y estos son sólo empleos verdes en actividades tradicionalmente relacionadas con el medio ambiente. Las cifras globales se incrementan si consideramos los nuevos nichos o yacimientos de empleo verde, además asociados a un cambio de modelo económico y productivo que ya empieza a abrirse paso, aunque bien es cierto que tímidamente y con gran dificultad debido a la inercia imperante, resistencias al cambio, etc. Además de en los nuevos nichos o yacimientos verdes, tenemos un enorme potencial en los sectores tradicionales de la economía, “reverdeciéndolos” Este cambio terminará de llegar, no nos cabe ninguna duda, pues el actual no es sostenible (viable) en términos ecológicos, ni justo en términos sociales. Sin embargo, los cambios de modelo son en general lentos, y no podemos esperar con la actual situación de desempleo que padecemos en España, por lo que el reto a corto plazo consiste en “reverdecer” los sectores tradicionales de la economía: es aquí donde está el mayor potencial de creación de empleo y de emprender proyectos que incorporen la variable ambiental, como decíamos el pasado día 15 en un coloquio con otros ecoemprendedores de España y Chile, coloquio que fue grabado y podéis ver íntegramente en este enlace. Errores comunes Nos gustaría finalizar repasando algunos errores comunes que solemos cometer muchos emprendedores, sobre todo al inicio, con el ánimo de que los que nos leen puedan aprender de nuestra experiencia y evitar tropezar en la misma piedra: 1) El primero es aislarse; hay que asistir a eventos de emprendedores (ferias, jornadas, desayunos de emprendedores, “cañas verdes”, etc.) y ampliar el abanico de contactos y colaboradores. También es muy recomendable trabajar en los nuevos espacios de coworking, aceleradoras o viveros donde poder establecer sinergias con otros ecoemprendedores como nosotros. 2) No planificar; es fundamental realizar un Plan de Empresa que nos marque una hoja de ruta a seguir. 3) Perder el foco; se trata de un error muy común, y es que a veces queremos abarcar mucho y apagar todos los fuegos. Hemos de centrarnos en lo estratégico para nuestro proyecto, y saber delegar las tareas periféricas. 4) Depender financieramente de un único cliente. Error fatal, que nos puede llevar al cierre en caso de que perdamos a este cliente. Hay que diversificar las fuentes de ingresos. 5) No realizar labor comercial. Aunque pueda ser a veces ingrata, es necesario hacer labor comercial para que nos conozcan y podamos fidelizar varios clientes para que no suceda el error número 4.
 

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