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lunes, 8 de abril de 2013
Cómo reducir el estrés y disfrutar de tu trabajo
En una reunión de trabajo, el director revisa los números de ventas del mes. Cada vendedor reporta su cifra y procede a mencionar qué funcionó y qué faltó para lograr el objetivo. Uno de ellos toma la palabra y dice: “se nos cayó la propuesta con la empresa X por precio”. En ese momento el director tiene un mar de emociones, entre molestia, enojo y frustración.
Un primer impulso es regañar al vendedor, pero por el bien de ambos y la empresa, el director espera unos segundos antes de contestar, lo cual le permite responder lógicamente en lugar de reaccionar emocionalmente.
Las reacciones emocionales ante presiones y trabajo son la forma más común de comportarse, pero la menos conveniente, ya que esta reacción te convierte en títere y víctima de las circunstancias con graves consecuencias en eficiencia y efectividad, clima laboral, satisfacción, salud mental y física.
Según la Secretaria de Salud, México ocupa el segundo lugar del mundo (después de China) en estrés laboral. De acuerdo a sus cifras entre el 30% y 40% de la población mexicana sufre este padecimiento y las consecuencias derivan en ansiedad, depresión, consumo de alcohol, mariguana y otras drogas, además de causar hipertensión, diabetes, obesidad y problemas de índole cardiaco.
La mayoría de las personas están más ocupadas que nunca, y tiene que lidiar constantemente con asuntos diversos: trabajo, fechas de entrega, familia, problemas, cuestiones financieras, entre otras cosas.
Esto no se puede controlar puesto que son circunstancias impuestas por factores externos. Lo que sí se puede controlar es la manera como te relacionas con estos factores externos y la respuesta que das a cada uno de ellos.
La buena noticia es que es posible reducir el estrés antes de que dañe tu salud, desempeño, satisfacción y paz mental, para ello te sugerimos estas acciones.
1. Elige tu actitud
Uno no puede elegir las cosas que le pasan, pero sí puede elegir la actitud que toma. Ante cualquier cosa que estés haciendo o que te interponga la vida, pregúntate ¿quién estoy siendo? ¿Estás siendo enojón, impaciente, frustrado? Distingue tus comportamientos y altera tu manera de ser si esta no te beneficia.
2. Sé agradecido
Constantemente estamos pensando y lamentándonos por lo que está mal, lo cual solo incrementa el estrés. Una manera muy efectiva de reducirlo es practicar el agradecimiento. Uno puede y debe estar agradecido por una multitud de cosas, como estar vivo, tener trabajo, familia, amigos, salud, etc. Siempre hay algo de lo que puedes estar agradecido.
3. Diviértete
Trabajar es importante, pero no tiene que ser pesado y aburrido. De hecho, estos calificativos son interpretaciones que nosotros damos. Diviértete en el trabajo y vive la vida con un poco de sentido del humor, así todo se aligera y se genera energía para lidiar con otras cosas.
4. Enfócate en los demás y sé generoso
Una de las razones por las que estamos tan estresados es porque todo se trata acerca de nosotros. Constantemente pensamos en nuestra situación, proyectos, logros, problemas, etc. Enfócate en los demás: esto permitirá desconectarte por momentos de ti, además de ser una fuente probada (pero poco practicada) de satisfacción en la vida.
5. Espera 3 segundos y responde en lugar de reaccionar
Hacer esto permite que midas la situación, elijas tu actitud y actúes de la mejor manera. Esta espera también provee suficiente tiempo para que la parte racional de tu cerebro, se conecte, permitiéndote pensar y elegir tu respuesta en lugar de que la situación la elija por ti.
6. Realiza actividades que ayuden a relajarte
Para manejar el estrés es esencial realizar actividades que ayuden a relajarte. Ya sea caminar, hacer ejercicio, ir al cine, meditar, respirar profundamente, reírte, imaginar que estás en un lugar muy pacífico, leer un libro, etc. Dedicarte tiempo a ti mismo es una de las mejores maneras de reducir el estrés, lograr equilibrio emocional y evitar consecuencias graves.
La mayor parte de nuestro estrés es causado por pensamientos negativos y nuestras reacciones ante las situaciones de la vida y el trabajo. Uno no siempre puede escoger lo que tiene, pero siempre puede elegir su actitud. Una de mis frases favoritas dice: “Haz lo que amas o ama lo que haces.” Pon en práctica estos consejos y compártenos tus resultados.