jueves, 18 de abril de 2013

Lo que empresas y candidatos deben saber antes de dar el “sí”

¿Sabes qué objetivos persigues como empleado y como empleador? Bajo la teoría de la Empleología, puedes detectar tu cuadrante y facilitar tu contratación. Cuando de buscar y dar un empleo se trata, las decisiones alrededor de la empresa en que deseamos trabajar y el candidato al cual vamos a contratar, deben de analizarse con detenimiento y sobretodo con un sentido práctico de la compatibilidad que habrá entre ambos. Es casi un proceso milagroso. En promedio, se postulan 200 personas a una vacante y finalmente se contrata sólo a una. Es un lago camino tanto para los reclutadores como para los candidatos y de muy poco sirve haber logrado esta conexión entre la empresa y su nuevo colaborador, si ambos no comparten un mismo propósito y dirección. Desde el enfoque de la Empleología, hay 4 ejes principales que motivan tanto a las empresas como a los candidatos: Dinero, Abundancia, Finalidad y Entregable. Conocer nuestra tendencia hacia alguno de éstos y el grado de compatibilidad que genera entre sus respectivas metas, nos brindan una mayor satisfacción en nuestra relación con el trabajo. Muchas veces vivimos de respuestas a preguntas que jamás nos hicimos: ¿Qué es lo que me mueve a dar el SI en una relación laboral? No es de extrañarse que cada vez sea más común la falta de compromiso de los colaboradores hacia la empresa y viceversa. En este contexto, un estudio realizado por Gallup clasifica a los colaboradores según el indicador de compromiso. Señala que de los cien millones de trabajadores de tiempo completo que hay en los Estados Unidos y que laboran al menos 35 horas por semana: • 19% son activamente no comprometidos: No están conformes en la empresa, desmantelan y destruyen la compañía, agotan a los gerentes, y participan en la contracción en lugar de la construcción de beneficios. • 53% son empleados no comprometidos: Son pasivos, se caracterizan por la apatía y el presentismo laboral. • 28% son colaboradores comprometidos: Resultan los mejores colegas, cooperan para construir la empresa y representan a la fuerza creativa. El estudio anterior nos muestra que hay una falta de sintonía o capacidad para que las empresas y el talento disponible conjunten sus objetivos. Una persona no sólo debe ser compatible con una vacante, antes bien, debe de serlo con una organización. Ubícate en el cuadrante DAFE: Dinero, Abundancia, Finalidad y Entregable Dinero: ¿Cuánto voy a ganar? / ¿Cuál será mi ROI? Regularmente, el trabajo y sus derivados se traducen en una compensación que se expresa a través del di¬nero en su forma más básica que es el salario. Adicionalmente, hay modalidades de la compensa¬ción como son las prestaciones relacionadas con la se¬guridad social, la vivienda de interés social, así como otros beneficios que no se perciben directamente en moneda corriente y que, sin embargo, cuentan como base para el salario. Abundancia: ¿Cuál es nuestra misión o razón de ser? La capacidad para generar abundancia está vinculada directamente con una posición en la que los seres hu¬manos –personas y empresas– deseamos llegar al ob¬jetivo con los recursos que se tienen, sin ellos y a pesar de la diversidad de obstáculos. Este es, por tanto, un principio generador de riqueza en el significado más amplio. Se requiere de una conciencia diferente sobre los re¬cursos donde las personas y las empresas transforman su visión, pasando de la administración de la escasez, hacia la administración de aquello con lo que sí se cuenta y cómo llegar a generar más. Finalidad: ¿Hacia dónde vamos? Esta es la expresión máxima del propósito o “para qué” de una persona y una organización; constituye el sentido de lo transcendente tanto en lo individual como en lo colectivo. Deja de ser una satisfacción personal para convertirse en una satisfacción inmaterial, intangible y social. Es una contribución con significado, sentido y dirección. Se caracteriza por tener una compensación preponderantemente emocional y transformacional, expresada a través de la lealtad y el compromiso de las personas, por ejemplo, con la misión y visión de una organización. Transacción de entregables: ¿Qué esperas de mí y qué espero de ti? En la mayoría de las ocasiones, el entregable es un pro¬ducto, aunque también puede ser un servicio. Deriva de un proceso de producción en el que las personas y empresas imprimen energía, capacidad física e intelectual, ejecutando instrucciones que los llevan a crear estos objetos de manera más o menos precisa. Se caracteriza por tener una compensación preponderantemente económica expresada por medio del dinero. A partir de cómo combinamos estos factores en nuestra vida, podemos ubicar cuál de sus ejes nos motiva más. Desde ese lugar, observamos nuestra economía y el papel que desempeñamos en la familia, la escuela, el empleo y la comunidad. ¿Haces lo que amas o amas lo que haces? Es una pregunta que nos pone a reflexionar en varios sentidos. El primero de ellos nos invita a seguir nuestra vocación y el segundo a valorar la oportunidad que la vida nos ha dado para desarrollar alguna profesión (la que sea) que nos permita satisfacer nuestras necesidades más elementales de crecimiento y subsistencia. Es aquí donde radica la diferencia entre la relación Dinero-Entregable y Abundancia-Finalidad. El trabajo dentro de una empresa deja de ser una transacción y se convierte en un espacio que posibilita la autorrealización y la empresa obtiene beneficios intangibles que van más allá de los entregables en un contrato. Hablamos de compromiso, creatividad, crecimiento, fidelidad y pasión. *El autor es autor de Empleología y Director General de IQubadora.
 

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