domingo, 29 de noviembre de 2015

La persistencia, en la era digital


IMAGE: Sahua - 123RF
Ser persistente no es necesariamente malo, salvo cuando pasa de un determinado límite. Y cuando, en plena era digital, se suplementa la persistencia con las posibilidades que otorga la tecnología y la gestión equivocada de bases de datos, llega a ser verdaderamente insoportable.
Cada vez más, las peticiones de cuestiones relacionadas con mi página se convierten en insoportablemente persistentes. Hace tiempo, una petición de publicación de una nota de prensa era eso, un mensaje o, en el peor de los casos, una llamada. Que mi página jamás en casi trece años de historia hubiese publicado una nota de prensa no les preocupaba lo más mínimo: si tienes una nota de prensa y un listado de base de datos de páginas con un nivel de tráfico determinado, hay una regla no escrita que afirma que tienes forzosamente que disparar a todas ellas. Así, sencillamente, porque puedes, porque la tecnología te lo permite. Por supuesto, detenerte a echar un simple vistazo diagonal a las páginas a las que estás contactando resulta absurdo: ¿por qué razón vas a perder tu valioso tiempo cuando puedes hacérselo perder a otros?
Así, lo que al principio era un simple mensaje, ahora se ha convertido de manera habitual en una secuencia: primero un mensaje, después otro mensaje que te pregunta si recibiste el anterior, después otro que se pregunta angustiado cómo puede ser que no hayas respondido, y ya finalmente, una llamada. Y eso que ocurre con las notas de prensa está empezando también a ocurrir con las peticiones para escribir posts esponsorizados, con las de publicar posts invitados, con las de “me encargo de gestionar tu publicidad” y con las de invitaciones a eventos. De nuevo: tus prácticas durante más de trece años no importan, porque no se detienen a mirarlas: estás en su base de datos por la razón que sea, y eso implica que es más fácil contactarte que plantearse si simplemente es absurdo hacerlo. ¿Para qué pensar cuando puedes automatizar?
No, no publico notas de prensa. Nunca. Sean de quien sean. Por norma. Tampoco publico posts esponsorizados, por nadie. No acepto esa fórmula. Me parece bien que la acepte quien la quiera aceptar, pero yo cuando publico algo, lo hago porque me interesa a mi o porque creo que va a interesar a mis lectores, no porque me paguen. Jamás he publicado nada a cambio de dinero, y quiero que siga siendo así. Tampoco acepto posts invitados, porque esta página lleva mi nombre y en ella solo escribo yo (aparte de que eso de los posts invitados sea habitualmente una burda manera de colar spam, enlaces y posts esponsorizados, por supuesto). Ni publico reviews de productos, más que cuando tengo una experiencia personal que me apetece compartir por la razón que sea. Si tienes un presupuesto limitado para enviar productos a páginas que escriban de ellos, no me lo envíes, porque no te garantizo en absoluto que escriba sobre él: lo haré si me interesa y si tengo algo que decir, sin más condicionantes.
Tampoco tengo publicidad: la tuve un tiempo, me sirvió para aprender sobre el tema y ganar algo de dinero, pero desde hace ya tiempo comprobé que no me compensaba ni me compensará mientras la publicidad en la red siga siendo la basura que es hoy en día. Cuando alguna marca se aproxime y me diga “me interesa tu audiencia, pero entiendo que molestarles no es la mejor manera de llegar a ellos; ni para ti, ni para ellos, ni para mí”, es posible que hablemos. Pero eso, por el momento, no ha tenido lugar: todo lo que recibo son marcas que me hacen peticiones absurdas consistentes o bien en tratar de engañar o en molestar a mis lectores, sin que nadie parezca tener interés en estrujar un poco su materia gris para plantearse cómo exponer su marca ante una audiencia no especialmente grande, pero sí posiblemente mucho mejor segmentada e interesante que la de muchos sitios, de una manera que no genere rechazo. Sí, tengo algo de tráfico – tampoco nada espectacular comparado con muchos otros sitios que publican sobre tecnología y que suelen emplear muchos más recursos de los que yo tengo – pero no tengo interés en vender ese tráfico a nadie para que utilice formatos molestos, sea en la pantalla del ordenador, del móvil o de cualquier otro canal que pueda llegar a inventarse. Ah, y tampoco suelo ir a eventos publicitarios o de lanzamiento, sencillamente porque no suelo tener tiempo para ello… y por favor, si te digo que no puedo ir, no me preguntes si te puedo enviar a alguien de mi equipo, porque ¡no tengo equipo! Esto es lo que es, una simple página de un simple profesor que publica cosas que le interesan y que le ayudan, entre otras cosas, a preparar sus clases, sin ningún tipo de agenda adicional. Lo que soy es básicamente lo que quiero ser: no aspiro a convertirme en líder de nada, ni en famoso, ni a iniciar ningún tipo de carrera política, ni a otras ambiciones que otros posiblemente sí puedan tener, pero yo no. No creo que sea tan difícil de entender, la verdad: prefiero ganar menos, pero hacer cosas que me gustan y en las que creo. Si eso implica, por falta de imaginación de quienes hacen publicidad, que me quedo de manera voluntaria fuera de todo circuito comercial, pues qué le vamos a hacer… así sea.
Una parte significativa del correo y de las llamadas que recibo me piden cosas que es claro y evidente que no hago ni voy a hacer. Y cada día, además, se vuelven más persistentes. No creo que publicar esta entrada sirva para nada, porque todo indica que no se detienen a leer nada, sino que simplemente automatizan una tarea de contacto con una base de datos en la que, además, no entiendo por qué diablos estoy. Pero en fin, por lo menos aireo mi frustración… E.Dans
 

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