martes, 28 de julio de 2015

Inventor social: Tecnología que ayuda a la gente

Gino Tubaro es argentino, tiene 20 años, y desarrolló prótesis con impresoras 3D para ayudar a las personas que carecen de alguna parte del cuerpo y no tienen recursos

Inventor social: Tecnología que ayuda a la gente

Cuando le llegó la solicitud de Felipe para realizar su prótesis, Gino Tubaro pensó que era algo nuevo utilizar la impresora para ayudar a alguien,


POR: JAVIER RODRÍGUEZ LABASTIDA
La infancia de Gino Tubaro se desarrolló mientras veía en la televisión a Beakman explicar las dudas de lo cotidiano, y teniendo un desarmador como su juguete preferido. “Soy inventordesde los seis años”, así se describe este argentino que ahora tiene 20 y desarrolla prótesis con un valor menor a los 25 dólares.
Estudia el segundo año de Ingeniería en Electrónica en la Universidad Tecnológica Nacional, en Buenos Aires, pero su trayectoria ya dejó huella. A los 13 años fue reconocido como el inventor joven más destacado de América Latina, premiado por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), dependiente de la ONU, y a los 18 fue el primero en Argentina en desarrollar prótesis con impresiones 3D.
En 2013, junto con su amigo Rodrigo Pérez Weiss, creó la organización Darwin Researchpara difundir sus labores como inventor. Así fue como la familia de Felipe Miranda, un niño de 10 años que había nacido sin su mano izquierda, contactó a Tubaro para pedirle que le realizara una prótesis. El inventor lo consiguió y ahora tiene en puerta más de 800 pedidos de personas que requieren de algún reemplazo mecánico.

Los primeros inventos

Gino Tubaro desarmaba todo a su paso de niño. Con piezas de una cosa y otra armaba nuevas herramientas. Para enfocar su inquietud, su mamá lo inscribió a un taller de creatividad en el que tuvo su primer contacto con impresoras y computadoras.
A los pocos años obtuvo sus primeros premios como inventor en Argentina, y a los 16 consiguió su primera impresora en 3D.
“Fue entonces que vi que la tecnología estaba en todos lados, vi que se podían imprimir repuestos para cada cosa, muñecos y un montón de cosas”, cuenta en entrevista conAltoNivel.com.mx
Su primera impresión fue una calavera, que requirió un largo proceso, pues primero no pegaba el material que usó, un derivado del petróleo, y después por alguna u otra razón, la impresión se echaba a perder después de unas horas.
“En ese tiempo mi ídolo era Ladislao José Biro, un inventor húngaro que pasó un montón de tiempo en Argentina. Él es inventor del bolígrafo, y lo que hacía era intentar, intentar hasta que consiguió entre miles de fórmulas la cantidad exacta de alcohol para que la tinta se disolviera sin secarse en el tanque”. Fue el ejemplo que el joven siguió hasta que encontró la fórmula correcta para desarrollar la calavera y después imprimir prótesis.

Tecnología con impacto social

Cuando le llegó la solicitud de Felipe para realizar su prótesis, Gino Tubaro pensó que era algo nuevo utilizar la impresora para ayudar a alguien:
“Crear esa solución no nos costaba dinero. Nos costaba tiempo, pero era un proyecto lindo. Comencé a trabajar en ello, y después de seis meses le enviamos la prótesis. Félix nos envía un video y me cambia la vida”.
“Un chico necesitaba una mano, ahora tiene una mano, y después sale en bicicleta, sostiene un remo, hace un montón de cosas que antes no podía hacer y entonces pienso: ‘Tienes la herramienta, tienes el diseño, lo único que tienes que hacer es imprimirlo para ayudar a la gente. Entonces hazlo’”, cuenta el inventor.
Tubaro imprimió la prótesis de Felipe en aproximadamente 20 horas. El costo de producción fue de entre 20 y 22 dólares y es un ensamble modulable, que se ajusta al tamaño del brazo. Con el reemplazo, el usuario puede realizar funciones de agarre, palanca y presión.
“Es un diseño que aguanta hasta martillazos. Me esforcé para que la persona pueda ir a un parque a jugar y se caiga y la prótesis siga como nueva”.
La noticia se difundió en los principales medios argentinos y las solicitudes no tardaron en llegar: Más de 800 pedidos de reemplazos de manos, brazos, dedos, y su idea es entregarlas gratuitamente, por lo que recibe apoyo de los proveedores de materiales y de algunas maquinarias. “Después se necesitará más gente, más materiales y máquienas para hacer una mayor cantidad y ayudar a más personas”.

Creatividad sobre todas las cosas

Mientras estudia la universidad, uno de sus proyectos es crear una impresora del tamaño de un smartphone, de tal forma que las personas puedan imprimir pequeños objetos mediante un dispositivo que sea fácil de transportar.
“Esta idea es para que la tecnología llegue a la mayor cantidad de gente, que sea de fácil acceso y barato, que sea económico y por eso la idea de esto es por un lado hacer las prótesis y por otro lado hacer las impresoras a partir de pantallas de teléfono”, dice Tubaro.
El inventor considera que la tecnología es una herramienta que permite cubrir necesidades. “Imagínate que en un futuro habrá robots haciendo de todas las tareas, pero van a hacer tareas mecánicas, con esto de la inteligencia artificial se pueden hacer tareas que hacen los humanos, pero las personas tienen que desarrollar su creatividad, eso es lo que más se necesita, pasar de una idea a algo en concreto y creo que la tecnología es como un puente en esos dos mundos”.
Asegura que para emprender no se necesita ni dinero ni grandes materiales, solo una hoja para escribir y una mente para crear. Su siguiente impresión será una dinosaurio de cuatro metros, y a partir de ahí construir un museo de estos organismos extintos que acerque la historia a las personas.
“Yo creo en lo que decía Steve Jobs, que la vida no se trata de ser el más rico del cementerio, sino de irse a dormir con la idea de haber cambiado el mundo, eso es lo que importa y lo que deberíamos hacer”, concluye
 

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