El pasado día 16, Facebook
anunció el desarrollo y despliegue de un botón que permite a las
organizaciones sin ánimo de lucro que superen un proceso de aprobación
recibir directamente donaciones mediante tarjeta de crédito a través de
la red social. Según la compañía, la iniciativa proviene del éxito registrado por una acción de petición de donaciones vinculada con el pasado tifón Haiyan en Filipinas.
La idea parece muy razonable: reducir la fricción en el proceso de
donación y vincularlo a un canal rico en información como una red social
es un procedimiento que indudablemente puede redundar en más
donaciones, lo cual, sujeto a un control adecuado, es susceptible de
mejorar las vidas de muchos. Desde hace muchos años, la red se ve como
un aliado ideal para la popularización y dispersión de información sobre
causas relacionadas con el tercer sector: una gran parte del activismo y
de las acciones destinadas a recaudar fondos para este tipo de
iniciativas se han trasladado con notable éxito a canales electrónicos,
redundando en costes más bajos para las organizaciones que recaudan y en
una mayor facilidad para quienes donan.
Sin embargo, todo indica que hay un factor adicional en el desarrollo de Facebook: la red social mantendrá en sus archivos la información referente al pago,
es decir, todos los datos de la transacción, en principio con el fin de
facilitar otras transacciones posteriores. Es decir, que por el hecho
de haber contribuido con tu donación a una causa determinada – y es
claro que muchas de estas causas, por su naturaleza, son capaces de
convencer a un gran número de personas para que efectúen una donación –
pasas a ser un cliente del que Facebook no solo posee información
referente a la pura actividad social, sino también información
financiera.
La inclusión de información financiera en la base de datos de
clientes es uno de los factores importantes que afectan a la valoración
de una base de datos de clientes. Empresas como Amazon, por su
naturaleza puramente transaccional, o Apple, que recopila los datos de
la tarjeta de crédito cuando un cliente abre una cuenta de iTunes
necesaria para muchos procesos en su relación con la compañía, reciben
valoraciones muy elevadas del mercado precisamente por eso. El caso de
Google, por ejemplo, no es tan sencillo: no tantos clientes finales
comparten información sobre medios de pago con la compañía, dado que la
gran mayoría de sus productos destinados a consumidor final son de
naturaleza gratuita. En el caso de Facebook, tras fantasear durante
algunos años con la idea de crear su propia moneda mediante los Facebook
Credits empleados para transacciones virtuales en juegos y
aplicaciones, todo indica que la idea de recolectar información
financiera empieza a ser vista con cada vez más atractivo.
¿Estamos hablando de una iniciativa previa al desarrollo de funciones
comerciales dentro de la red social? ¿Cuánto vale una compañía con más
de mil millones de usuarios activos y con los datos de su tarjeta de
crédito almacenados? ¿Veremos en breve a Facebook ofrecer una pasarela
de pago como tal para todos aquellos negocios que han ido desarrollando
su presencia mediante páginas en la red social? ¿Generosidad, desarrollo
corporativo, o un poco de ambas cosas?
Browse » Home