jueves, 5 de diciembre de 2013

Sabes lo que quieres




¿A dónde vas? ¿cómo vas a llegar? ¿quién eres? ¿sabes lo que quieres? ¿cómo vas a conseguirlo? ¿qué estas dispuesto a no hacer para hacerlo? ¿a quien vas a ignorar y apartar de tu camino? ¿cómo definirás? ¿lo sabes? veamos.
Negocios, proyectos y agencia
No, no quiero, ni me gusta, ir tocando puertas a ver si suena la flauta, prefiero concentrar la energía en un intento con propósito y destino. Tampoco tratar de robarle el pan a quien tu llamas competidores – ¡hey! yo los llamo amigos, aunque tu ego y ansias te digan que estoy tremendamente equivocado, no, no lo estoy, hay suficiente para todos, si sabes y aprendes a conectar y compartir.
No, no pretendo marear a nadie con algo que me gustaría, pero que en lo más profundo de mi alma, en ese rinconcito, sé que no va a ser una realidad (todos sabemos cuando podemos hacer ese algo y cuando no). Ya nos mareamos a nosotros mismos lo suficiente como para marear a otros. No centro mis esfuerzos en realizar propuestas de negocios o colaboraciones por el mero arte de realizar propuestas, no, trabajo para la gente a la que le gusta mi trabajo y viene a ver mi obra, esa gente que aplaude y se queda hasta el final, ellos no necesitan que insista mucho. Trabajo para la gente que me recomienda y viene recomendada. Estoy aquí por y para ellos.
Web social
No respondo a los tweets con adulaciones o tweets de haters. No es necesario hacerlo. No uso los mensajes de FB, hace tiempo que ni los miro. No uso whatsapp para decirte a que hora tenemos esa reunión de trabajo, ni tampoco para confirmar la cita con el dentista, menos para responder a una cuestión sobre estrategia social media. Uso whatsapp – cuando lo uso – de manera íntima y con mi gente.
Trabajo personal
No, no respondo al teléfono sino es un cliente, amigo íntimo o familiar, no me gusta que me roben tiempo, lo siento. ¿Podría ser una oportunidad? si es así seguro que saben como contactar online o conocen a Nando o Lola, de lo contrario, perderé la oportunidad. No contesto los emails de contacto, propuestas de negocios, conferencias o cualquier email tipo: “tengo la idea del siglo” y quiero que me escuches. Sí, si leo todos los correos que recibimos y contesto aquellos que pienso que puedo aportar algo de valor. Por otro lado, ese tiempo que dedicaría a contestar todos los emails que recibo al día, lo dedico a vivir intensamente mi vida y conectar con personas que sí necesitan de mi. Es muy fácil saber quien necesita de ti, sólo tienes que escuchar y prestar atención a las señales honestas y aprender a cómo apartar el ruido.
No, no mantengo reuniones, son tóxicas. Rechazo las comidas, cenas o desayunos de negocios – incluso con clientes – prefiero ir al grano y en 30 minutos lo dejamos solucionado, tu te vas a comer con tu familia o colegas y en mi caso destino el tiempo a lo que decida que es importante para mi. Ignoro las peticiones para “tomar un café y contarte algo que tengo que ofrecerte y te va a interesar”, creo que aquí hay un fallo de sintaxis, debería ser “tomamos un café y te cuento en lo que trabajo porque me parece muy importante esto que esto haciendo y quiero que a ti también te lo parezca y me ayudes como sea.” Hay proyectos como Bridges for Music, Mapmakers, charlas para ONGs y fundaciones, este blog o el proyecto educativo en el que estoy trabajando ahora, en los que quiero concentrar mi energía para lograr producir más cambio positivo a más personas.
No para todos
No hago magia, ni poseo una mente privilegiada, soy una persona que trabaja duro. No tengo la fórmula mágica a tu negocio, ni sé cómo puedo ayudarte cuando ni tu mismo sabes lo que quieres de mi. Puedo intentar ayudar y crear cambio sólo si me dices exactamente como podría hacerlo. Tú conoces las opciones y posibilidades, entonces tú y sólo tu puedes guiarme, el resto es cosa mía.
No trabajo para todo el mundo, en la agencia IG no hacemos propuestas para cazar clientes, no somos afines con muchas empresas o marcas. No estoy disponible siempre, ni voy a todas las charlas que me invitan o proponen, ni sorprendentemente trabajo gratis. A excepción de trabajar en lo que me enamora, eso es justo lo que estoy haciendo en este momento, completamente enamorado con el trabajo.
Implacablemente decidido
Cómo has visto todo empieza por un no, no a hacer aquello que no te lleva donde quieres ir, no a esperar a cambiar todo lo que está en tu mano, no a intercambiar tu felicidad por la complacencia u obediencia y no a ceder iniciativa ante autoridad y humildad ante mediocridad. Esta es la única salida si quieres hacer algo que realmente marque la diferencia, cree cambio y colisione en el mundo. Cuanto más estricto, duro y tajante seas con todo esto, más trabajo importante para ti y para el mundo serás capaz de crear.
Sé lo que quiero y sé quien soy, pero esa no es la cuestión, sino ¿sabes que es lo que quieres y quien eres?
Piensa (no mucho) decide, descarta, ignora, haz y define de manera sobrecogedora.
 

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