- Buscas a una persona por LinkedIn y la recomiendas por su servicio, sin buscar una recomendación a cambio.
- Dejas un comentario con valor en un blog post, un comentario que añade perspicacia y perspectiva al post.
- Respondes a las preguntas útiles y con propósito de tu comunidad en Facebook o en Instagram o en Google+.
- Compartes en el blog o en tu sitio web el esquema del plan de negocio que has seguido para que tu negocio tenga éxito.
- Te vacías y das lo mejor de ti, das un paso al frente y te vuelves vulnerable en frente de la multitud, eso se hace hablando con pasión, entregando valor hasta el último segundo y añadiendo ejemplos provocativos, no frases hechas.
- Públicas un ebook sobre mejores prácticas (accionables), gratis, para tu comunidad.
- Confiesas ese fallo pronunciado en tu proyecto, la explosión en frente de todo tus compañeros en la reunión o ese defecto tan personal y contra el que luchas todos los días.
- Cuentas la historia de tu vida – y la de tu negocio.
- Intentas una nueva presentación en una conferencia, no la conferencia que se repite una y otra vez.
- Eres espontáneo, natural, impactante y determinado en tu exposición ante los inversores.
- Cuestionas y debates de forma entusiasmada la opinión de un profesor.
Isra Garcia