miércoles, 26 de agosto de 2015

iOS 9 como jaque al rey

Content blockers iOS9La reciente presentación de iOS9, la nueva versión del sistema operativo de Apple para dispositivos móviles, trae consigo una novedad, las extensiones para bloqueo de contenidos en Safari, que suena extremadamente coherente para la marca de la manzana, pero que también parece representar un auténtico jaque al rey Google, una jugada maestra que podría redefinir todo el panorama de la publicidad en internet.
Dar libertad a los desarrolladores para ofrecer filtros de bloqueo de contenidos en Safari – el término “contenidos” es claramente aquí un eufemismo que en realidad quiere decir “publicidad” – supone algo tan importante como que Apple reconoce la importante pujanza de las apps de bloqueo de publicidad (crecimiento del 41% el pasado año para alcanzar los casi doscientos millones de usuarios activos), su más que segura llegada y popularización en la plataforma smartphone, y lo que es más importante, lo beneficiosas que pueden llegar a ser para el usuario. Las primeras pruebas con el bloqueo de contenidos activadollevadas a cabo en la beta actual de iOS 9 ofrecen impresionantes resultados en cuanto a la mejora del tiempo de carga, la optimización de la duración de la batería y el consumo de los planes de datos.
La realidad es la que es: muchas de las páginas que consumimos hoy se han convertido en una espantosa propuesta de valor para el usuario: a cambio de la información que realmente quiere obtener, el usuario tiene que aceptar una ingente cantidad de datos en forma de anuncios y multitud de trackers que pretenden recoger sus hábitos de navegación. Con el bloqueo llevado a cabo mediante una lista de sitios y scriptsal nivel del sistema operativo, esos contenidos simplemente son rechazados, el navegador no tiene ni que procesarlos para decidir qué bloquear durante la carga de la página, y la velocidad mejora de manera significativa. Una cosa es pretender basar tu modelo de negocio en la publicidad, y otra muy distinta que un usuario tenga que aceptar, para obtener una decena de KB de contenidos, varios MB de anuncios ytrackers que no le aportan nada más que molestias, tiempos de carga inaceptables, consumo de batería y amenazas a su privacidad. Cuando el balance se torna tan profundamente inaceptable, la decisión de instalar un bloqueador de anuncios es solo cuestión de tiempo y conocimientos. En el smartphone, hacerlo supone generalmente tener que instalar una app desde fuera del sitio al que tradicionalmente los usuarios van a buscar sus apps, desmarcar la opción que hace que nuestro terminal únicamente acepte apps de fuentes autorizadas, fiarse del desarrollador, descargar un archivo, y tener cierta impresión de estar haciendo algo relativamente “irregular”. Sin embargo, para el futuro usuario de un iPhone con iOS 9, la decisión y el procedimiento podrían ser infinitamente más sencillos y amigables.
Recordemos que la decisión de Apple no es la de desarrollar un bloqueador de publicidad y hacer redundantes a los existentes, sino permitir a los desarrolladores que las ofrezcan en forma de extensiones. En un iPhone con iOS 9, esto llevará a que la navegación mediante Safari no solo sea más rápida, sino también a una importante mejora en la experiencia de usuario, que posiblemente, en función de la intensidad de sus hábitos de navegación, podrá ver como su batería consume menos y su plan de datos dura más. Para los anunciantes, el bloqueo supondrá ver cómo muchos de sus anuncios son sencillamente rechazados por un segmento de usuarios que muchos consideran premium, un público al que simplemente no van a poder llegar mediante publicidad convencional en páginas de creadores de contenidos. La idea de Apple, lógicamente, es que estos anunciantes deriven su publicidad hacia iAd, la opción que la compañía ofrece dentro de iOS para gestionar la publicidad en apps como News y otras, lo que ofrecería una posibilidad importante de poner esta división en valor – al tiempo que podría permitir un control superior y centralizado de la experiencia de usuario.
Para Apple, una jugada maestra: en un solo movimiento, incrementa el atractivo de iPhone para usuarios que consumen mucho contenido, y disminuye el de un competidor que vive de manera inmensamente mayoritaria de la publicidad. Ante un incremento de la proporción de usuarios que bloquean anuncios en el navegador porque buscan una mejor experiencia, los anunciantes podrían verse forzados a llevarse su publicidad hacia iAd, y Apple se llevaría su comisión por ello y ganaría control sobre lo que sus usuarios ven o dejan de ver (recordemos que Apple tiende a ser sensiblemente más estricta en sus directrices sobre los contenidos que considera aceptables).
Desde un país como España, en el que la penetración de iPhone alcanza únicamente un 12% (aunque se ha duplicado frente al 6% del año anterior), puede ser difícil entender la magnitud de una jugada así, pero plantearla en escenarios como los Estados Unidos (47%) o el Reino Unido (42%) puede ofrecer una valoración sensiblemente diferente para muchos anunciantes. Para Apple, supone poner en valor iAd, una división hasta el momento relativamente pequeña, atacando la línea de flotación principal de tu competidor, y planteando al mismo tiempo una mejora de la experiencia para tus usuarios, que ven reconocida una tendencia – el bloqueo de publicidad – que iba a terminar produciéndose en cualquier caso: en esta partida de ajedrez, un auténtico jaque al rey frente a un competidor que, además, tiene relativamente complicado responder con una jugada similar, debido al importante nivel de vigilancia al que la tienen sometida las autoridades antimonopolio. A partir de otoño, con el lanzamiento oficial de iOS 9, veremos la evolución del tema.  E.Dans
 

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