Mi
problema con la publicidad en youTube es que la considero inaceptable.
Me parece alucinante que Google, la misma Google que desarrolló y
popularizó el bloqueador de pop-ups, me castigue en la web con
el mismo formato de anuncios con el que me castigan en la televisión:
publicidad de interrupción pura, que se interpone entre el contenido que
quiero ver y yo, y pretende obligarme a ver un contenido que yo no he
solicitado ni quiero ver.
Que sí, que son sus condiciones, y que si quiero utilizar sus
servicios tengo que aceptarlas. Pero me da igual. No lo hago. Soy así
(así de “inserte usted el adjetivo que desee”). No abogo por el free-riding,
no animo al consumo irresponsable, ni a tratar de obtenerlo todo
gratis. Pago por muchísimos productos y servicios en la web y fuera de
ella, y todos los que me conocen bien saben que no soy especialmente
sensible al precio. Siempre estoy dispuesto a pagar por todo aquello que
considero un buen producto o servicio, valoro una buena propuesta de
valor. Pero en el caso de YouTube, como me ocurre con todo el resto de
la publicidad que considero intrusiva, me niego a contribuir con mi
consumo al desarrollo de ese modelo.
Desde hace mucho tiempo bloqueo la publicidad en todas aquellas
páginas que hacen lo que considero un uso irresponsable de la misma. Me
gusta la buena publicidad, pero no estoy dispuesto a soportar que el mal
uso de la misma me arruine la experiencia de uso de un producto. Si
quiero ver un vídeo, quiero ver ese vídeo, no el anuncio que pretenden
obligarme a ver antes del mismo. Puedo aceptar anuncios de texto o banners
alrededor (si no se mueven demasiado ni molestan especialmente), pero
hasta ahí llega mi tolerancia. Como además utilizo vídeos de YouTube
constantemente en mis clases, hago de manera habitual dos cosas que los
términos de uso de YouTube prohiben de manera expresa: me descargo los
vídeos para su uso en presentaciones, y bloqueo la publicidad cuando
accedo a la página para evitar castigar a mis alumnos o a la audiencia
interrumpiendo el flujo de mi clase o conferencia con un anuncio que no
pinta nada ahí.
Para descargarme los vídeos, utilizo Download Helper.
Hay muchas herramientas más,pero a mí es la que mejor me funciona. Hace
tiempo, Google decidió que Download Helper no iba a funcionar de manera
correcta en Chrome, y se iba a limitar a proporcionar un mensaje
avisando de que los términos de uso de la página impedían la descarga de
ese vídeo. ¿Consecuencia? Ahora utilizo esa misma herramienta, pero
cuando quiero descargar un vídeo, me voy a Firefox. Si una puerta se
cierra, otras se abren, y si pretendes cerrarlas todas, comprobarás,
como ya comprobaron antes muchos otros, que eso no se puede hacer.
Con la herramienta que utilizo para bloquear la mala publicidad, AdBlock,
me ocurre lo mismo: si en algún momento deja de funcionar en Chrome,
abandonaré ese navegador y me iré a otro en el que sí funcione. El caso
de AdBlock es un tema delicado, porque en su configuración inicial
bloquea la publicidad en todas las paginas,y a mí eso me parece un uso
irresponsable: considero que la publicidad debe aparecer por defecto en
todos los sitios, y que el usuario debe tomar la decisión de bloquearla
solo en aquellos sitios que claramente se excedan en su uso. Si una
página se esfuerza por mantener un tipo de publicidad respetuosa con sus
usuarios, a pesar de la presión por molestarlos que reciben de muchos
anunciantes y agencias, me parece inadecuado privar a esa página de sus
fuentes de ingresos. Hace mucho tiempo que no veo publicidad en muchos
diarios: si pretendes que mi experiencia de leer la prensa se convierta
en algo insoportable con una sobredosis de anuncios flasheantes,
desplegables, intersticiales, sonido y vídeo preactivados o pop-ups como
ocurre en la inmensa mayoría de los diarios españoles, lo siento, no
estoy de acuerdo, y dado que como usuario tengo herramientas para
evitarlo, voy y las uso. Si no te gusta, lo siento. Si crees que eso
hace inviable tu negocio, te equivocas: en realidad, lo que es inviable
es pretender hacer negocio mientras maltratas a tus usuarios. El que lo
hace mal eres tú, no yo. Aprende a tratar al usuario y puede que
recuperes sus favores. Que muchos usuarios se instalen y configuren
AdBlock no es una mala noticia, aunque pueda arruinar a muchas páginas
que dependan de la publicidad para vivir. Que AdBlock prolifere es una
buena noticia que indica que los usuarios nos defendemos de las
agresiones, y que reclamamos una forma diferente de hacer las cosas.
Solo mediante herramientas como AdBlock se puede hacer presión para que
la web vaya convirtiéndose en un sitio más respetuoso con el usuario. El
sistema solo, sin herramientas de presión externa, no mejora, sino que
empeora.
Mi problema con la publicidad en YouTube es la publicidad en YouTube.
Ni voy a aceptarla como usuario, ni mucho menos cuando uso el sitio
como profesional de la enseñanza. Por eso la bloqueo. Para que la tecnología se use en las escuelas, no solo se necesita ancho de banda,
sino también herramientas que impidan que se someta a los estudiantes a
una publicidad cargante y de todo punto injustificable en un proceso
educativo. No, no es de recibo tener que proyectar un anuncio en medio
de una clase si quiero acceder a un vídeo en YouTube. Si YouTube no
quiere que bloquee su publicidad, tendrá que aprender a hacer mejor
publicidad, porque entrar en una guerra con sus usuarios y con los
desarrolladores de herramientas de bloqueo parece una avenida muy poco
recomendable. Tendrá que buscar una compatibilidad entre sus fuentes de
ingresos y lo que la mayoría de sus usuarios considera aceptable.
Simplemente ofrecer a los anunciantes el formato skippable que
permite algo más de control al usuario y librarse del anuncio en cinco
segundos, o la posibilidad de que eviten machacar incesantemente al
mismo usuario con repeticiones impenitentes no es suficiente. En el
futuro, YouTube pretende reforzar sus formatos reforzando el concepto de
quality score, incorporando parte de lo aprendido en AdWords,
permitiendo a los usuarios votar con sus clics y dando lugar a un
sistema algo más equilibrado, pero mi impresión es que aún así, no será
suficiente. El modelo de uso de YouTube, basado en contenidos
generalmente cortos y que el usuario escoge mediante búsquedas o clics,
lleva a que la experiencia de uso se convierta en insoportable ante un
exceso de publicidad, que además cae fuera de todos los códigos de
autorregulación que la televisión sí se impone (aunque posteriormente
los incumpla de manera patente). Mientras YouTube – o cualquier otra
página – no sea respetuosa conmigo como usuario, yo no lo seré con sus
fuentes de ingresos, y recurriré a las herramientas que estime oportuno
para evitarlo. Es lo que hay.. E.Dans
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