Cuando se trata de tus colaboradores, no hay excusa que se les permita, pero, ¿has pensado cómo queda un líder al no asumir sus responsabilidades?
Existen frases que pueden dañar tu reputación, analiza lo que vas a decir primero.
Ser directivo y líder es una de las más grandes responsabilidades en una empresa. De tu persona dependen decisiones, resultados y, sobre todo, dinero. Pero no siempre las cosas salen bien y hay que saber enfrentarlo. ¿Sabes qué decir?
Pueden pasar por tu cabeza un sinfín de excusas, varias creíbles y, en su mayoría, excusas absurdas, sin embargo, cualquiera de ellas puede dañar seriamente tu reputación y credibilidad, así que deja a un lado lo que pensabas decir, respira y ponte a pensar seriamente antes de hablar.
De acuerdo con Jeff Haden, escritor y columnista de la revista Inc, las excusas sólo dejan al descubierto las incapacidades de los jefes para ser mejores líderes. Para que esto no te suceda, traemos a continuación una lista de diez frases que no volverás a decir, aunque el momento lo amerite.
1. “Mis empleados trabajan mejor sin mí”
Para empezar, un buen profesionista trabaja con, sin y a pesar de la situación, así que por eso no te preocupes. Que tus trabajadores sean buenos en lo que hacen también depende de la capacidad del líder para que esto suceda, sin embargo, no quiere decir que seas una parte innecesaria para ellos. Si esto sucede, seguramente tú eres el problema.Todo equipo necesita a su líder para complementar ideas, realizar estrategias o aprobar soluciones, así que si no te necesitan, algo estás haciendo mal.
2. “Estoy bajo mucha presión”
Sí, seguramente lo estás todo el tiempo, pero... ¡administrar la presión también es tu trabajo y te pagan por ello! Así que evita a toda cosa poner esto como excusa frente a tus colaboradores.De acuerdo con la OCDE, México se encuentra entre los diez países con mayor estrés laboral en el mundo, así que esto es parte de la naturaleza del trabajo. La recomendación del especialista es que te acerques a tu equipo de confianza y solicites su ayuda, lejos de ser una carga más, te ayudará a despejarte y podrás delegar algunas tareas importantes.
3. “No me pagan lo suficiente”
Y aunque así fuera esto no es una excusa para no hacer bien tu trabajo, así que deja de quejarte por nimiedades y pon atención en lo que estás haciendo mal. El trabajo de un profesionista vale por sus resultados, sea cual sea su situación.Es cierto que en ocasiones el trabajo y esfuerzo no se ven recompensados, sin embargo, la calidad de un líder se ve en la responsabilidad para sacar todo adelante. Si esto sucede muy continuamente, lo mejor es que busques otra opción, también no se trata de desgastar tu mente y tu talento.
4. “Esto lo hicieron sin pensar en la práctica”
Muchos se han de estar viendo cuando se habla de aquellos planes de desarrollo que las organizaciones proponen de manera semestral o anual, o tal vez aquellos objetivos trimestrales que parecen imposibles. La mayoría de las veces los resultados solicitados pueden parecer inalcanzables, sin embargo, recuerda que estás ahí para retarte y lograrlo, pruébate y a tu equipo para ver qué pueden hacer para lograrlo. Recuerda que esto puede traer como resultado mejores trabajadores y grandes equipos.5. “Estas reglas son una tontería”
Ese dicho de que las reglas se hicieron para romperse, puede ser un gran aliciente cuando de retos se trata. En muchas ocasiones la política empresarial o la cultura organizacional pueden ser un dolor de cabeza, sin embargo puedes demostrar cómo hacerlo de otra manera puede conllevar mejores resultados.¡Sal e innova, ese es tu trabajo!
6. “Mis empleados no tienen todo el crédito”
Que no te dé miedo reconocer a quien se lo merece y mucho menos frente a los grandes jefes. Cuando hablamos de grandes líderes, también hablamos de grandes mentores y personas dignas de dar un ejemplo, así que seguramente dos o tres ya estarán rebasando tus pronósticos de crecimiento. Pero recuerda que esto no está mal, tu objetivo debe ser crear grandes líderes, pues de eso depende lo grandiosos que puedas ser.7. “No tengo por qué alabar su trabajo, es su obligación”
Si piensas así, estás mal. Tienes razón, la obligación de cualquier profesionista es hacer bien su trabajo, pero esto no quiere decir que no sea premiado. Uno de los tres factores que los trabajadores más valoran de su lugar de trabajo, es la capacidad de los jefes y líderes para valorar y recompensar cada uno de sus esfuerzos, así que necesitas ponerlo en práctica.De acuerdo con el experto, reconocer el trabajo de tus colaboradores no sólo ayuda a mejorar su actitud positiva ante la situación, sino incentivas su esfuerzo y mejora la productividad y el ambiente laboral.
8. “Así es como siempre lo he hecho”
Si aún no te queda claro que las cosas cambian de manera constante, cómo es posible que te hagas llamar un buen líder. Es cierto que algunas cosas pueden repetirse al pasar el tiempo, sin embargo, la mayoría de las veces tienes que aceptar el cambio como tu mejor aliado.Recuerda que tus colaboradores están para aprender y que tú aprenderás de ellos todos los días, si ves que alguna estrategia es mejor que la tuya, asegúrate que todos lo sepan y comienza a implementarla. Esto te ayudará a abrir la comunicación, a incentivar la asertividad y a desarrollar a tu gente.
9. “Hay que tomar distancia con los empleados”
El ser profesional en tu trabajo no implica que seas el desconocido o el intocable. Es tu deber como directivo conocer las necesidades de tu equipo y la personalidad de cada uno. Esto te ayudará obtener mejores resultados y a comenzar a delegar, según las aptitudes de tu gente.De acuerdo con Jeff Haden, cada trabajador merece tu atención y respeto, así que el mejor consejo es platicar con ellos, saludarlos todos los días y abril el diálogo y la comunicación.
10. “Ya sé que les caigo mal, para qué pierdo mi tiempo”
Definitivamente habrá alguien que te aborrezca, sin embargo, ese no es problema tuyo. Debes optar por actuar con inteligencia emocional y tratar de hacer el mejor esfuerzo posible, no necesitas hablar con él y pedir disculpas o al revés, sólo trátalo como a cualquier integrante, eso es muy efectivo.Otro consejo es hablar de manera personal y decir qué es lo que no le parece en la oficina, también debes dejarle en claro que tú eres el líder que existen reglas y procedimientos que se deben seguir.