Obvias el valor que tiene el tiempo de otras personas, porque el sistema te ha enseñado a mirar sólo unos centímetros más allá de lo que alcanzan tus pasos. Eres incapaz de pensar que es lo que sucede cuando decides embarcarte en algo que te parece estimulante pero que requiere de un compromiso de trabajo o económico por tu parte. Incapaz de pensar que es lo que sucede cuando tu tiempo choca contra el tiempo de otra persona. Claro, lo único que atrae aquí es la banalidad y hedonismo propios.
Usualmente salimos fuera de nuestras casillas cuando otras personas se apropian de nuestro tiempo, o dicho de otra manera, cuando sentimos que nos están haciendo perder el tiempo. La realidad es que sólo nosotros nos damos cuenta de que ese fenómeno está sucediendo.
¿Te suena?
Es posible que alguna de estas situaciones te sea familiar- Alguien llega a ti y te pide tu mejor consejo y experiencia (gratis).
- Recibes un email importante y extenso que debes contestar y en el cual empleas casi 1 hora de tu tiempo
- Recibes llamadas tan frecuentemente que apenas puedes concentrarte en una sola tarea.
- Cada 5 minutos tienes una notificación de whatsapp, twitter o cualquiera de las plataformas sociales que utilizas en tu smartphone.
- Recibes multitud de contactos de personas que no saben cómo funciona la dinámica que has lanzado, sí aquella en la que precisamente te pasaste una noche entera tratando de explicar lo mejor posible en el sitio web de manera que el público lo entendiera.
- Mantienes una reunión de trabajo con un proveedor y éste llega 15 minutos tarde.
- Fijas con tres meses de antelación una fecha para una consultoría y justamente, tres días antes cuando toda tu agenda está cuadrada, recibes una notificación con cambio de fecha.
- Inviertes tu tiempo en personas en las que crees, las tratas de impulsar y guiar para que en el momento de la verdad abandonen o salgan corriendo – en el mejor de los casos.