Justo como el uso equívoco de la palabra ser apasionado, creativo o determinado, “disrupción” ha caído en el territorio de las palabras de moda sin sentido.
La cosa es, como creatividad o innovación, disrupción es una disciplina. Al menos así lo veo yo.
Las personas verdaderamente creativas, innovadoras o transgresoras son algunas de las personas más enfocadas que he conocido.
Te enganchas a una rutina y apareces justo para alterar la forma en la que se trabaja, modificar la manera en la que se captan clientes o interrumpir el marketing que hasta ahora conocíamos, tanto si te gusta como si no.
Todos los grandes artistas, escritores, escultores, músicos, rockeros, poetas, emprendedores, etc. te podrían decir algo como esto – cinco minutos al día importa más que una hora a la semana, mantener tu arte siempre en auge.
Lo mismo sucede con disrupción: si quieres que tu organización sea más disruptiva, deberías tratar disrupción con respeto.
Tu proporcionas los métodos, sistemas y herramientas – entonces apareces y trabajas en ello. Día tras día.
Nada más, nada menos.
Pista: aplica esto a cualquier cosa que desees, funcionará igualmente. La magia de conectar los puntos adecuados.