Con su salida a bolsa supuestamente prevista para el día 15 de noviembre, Twitter sigue avanzando en la ya comentada y prometedora ruta de las tecnologías de recomendación.
Event Parrot es aparentemente un nuevo experimento,
otra de esas cuentas no anunciadas pero etiquetadas como tal y seguidas
inicialmente por un cierto número de empleados de la compañía, que sigue a Magic Recs
en cuanto al procedimiento: envía mensajes directos a los usuarios que
lo solicitan cuando tienen lugar determinadas circunstancias. Ese tipo de experimentos son muy comunes en la dinámica de Twitter como compañía, y en muchos casos terminan por solidificarse en forma de productos o propuestas interesantes.
En el caso de Magic Recs, recomienda cuentas a seguir en función de
dinámicas seguidas por el conjunto de cuentas a las que sigues. En el de
Event Parrot, lo hace cuando tienen lugar lo que considera eventos de
trascendencia, de nuevo – se supone – utilizando algoritmos de
recomendación basados en la comunidad con la que demuestras afinidad o
interés, y posiblemente con algún tipo de histórico de temáticas sobre
las que hayas manifestado algún tipo de reacción (mediante acciones
como retweets, replies o favoritos). En ambos casos,
las recomendaciones llegan al usuario en forma de mensajes directos
(DM), lo que acerca la idea a la de “teletipo personal”, a ese “hilo
invisible” que te conecta con los temas que te interesan de todo lo que
está pasando en el mundo, y precisamente cuando está pasando, en esa transición
que vivimos entre personas que reciben la información a través de
medios de comunicación tradicionales y los que lo hacen a través de
mecanismos sociales como Twitter que depende de cuestiones como la
temática de las noticias o la actividad de tu red, y que se relaciona
directamente con el llamado FoMO, Fear of Missing Out,
o “miedo a no enterarte”. Todo ello a través de un canal, el del DM,
que Twitter había utilizado poco hasta el momento, pero que puede contar
con un nivel de prioridad muy superior al de un simple tweet en un muchas veces sobrecargado timeline.
La idea de Twitter es, lógicamente, seguir buscando propuestas de
valor para un público cada vez más generalizado. La gran diferencia de
la operación de salida a bolsa de Twitter con respecto a otras
operaciones recientes de empresas consideradas comparables, aparte del tamaño,
es el momento del ciclo en el que Twitter se encuentra: mientras
empresas como Facebook, LinkedIn o la misma Google salieron a bolsa
cuando la curva de adopción de su base de usuarios ya estaba
aproximándose a un período de madurez, – es decir, ya habían vivido
fases sostenidas mucho más activas en la incorporación de usuarios – el
caso de Twitter es el contrario: en ninguno de los mercados en los que opera ha alcanzado aún a los perfiles mayoritarios de usuarios. Los usos de Twitter para predecir preferencias del público o interpretar el nivel de interés por un tema están aún sesgados por un perfil de relativo early adopter, por el hecho de estar aún en una fase temprana de la curva de adopción.
En términos de facturación y beneficios,
hablamos básicamente de lo mismo: una compañía aún en un estadio
temprano de madurez, con fuentes de ingresos interesantes crecientes y
demostradas, pero muchas más por explorar. La publicidad en Twitter está
en un momento de claro crecimiento: ha demostrado su valor
en un amplio número de casos, y está en fase de extender su atractivo
desde un perfil de anunciante de tamaño elevado, casi de escala Fortune
1o00, a uno más amplio y generalista, mediante el desarrollo de una API
que permita un diseño más eficiente de las campañas y unos procesos de
autoadministración más sencillos. Además, tiene un interesante negocio
de exploración y análisis de datos y tendencias para terceros, y algunos movimientos apuntan al desarrollo de alternativas relacionadas con el comercio electrónico.
Considerando esa fase más temprana en el ciclo de desarrollo, los
experimentos que la compañía está lanzando en el área de la
recomendación, en la que ha realizado un buen número de adquisiciones
estratégicas y dado forma a un equipo enormemente competitivo, pueden
aportar pistas sobre la forma en la que plantean su escalada hacia
públicos más generalistas, o incluso – como en el caso de la
recomendación musical – dar ideas sobre hipotéticas vías de facturación.
Una compañía en una fase todavía temprana de adopción, con un
producto en continua evolución, y una base de clientes en
crecimiento: algo que puede ser, como todo, interpretado en clave
negativa, como un problema, o positiva, como una oportunidad. En la
interpretación que haga el mercado de ese proceso de adopción está una
parte muy importante de las esperanzas de Twitter de cara a su IPO y,
consecuentemente, de los recursos con los que pueda llegar a contar para
intentar convertir esa estrategia en realidad.
Browse » Home