La
vuelta al trabajo es dura. No lo vamos a negar. Con el final de las
vacaciones dejamos atrás tiempo libre para disfrutar de las aficiones,
horas de sueño, playas, viajes y un montón de momentos y sensaciones
positivas. Así que retomar nuestra vida profesional y el ritmo diario
puede volverse cuesta arriba si no conseguimos un equilibrio que nos
permita volver a nuestra rutina con motivación y energía.De hecho, cada vez hay más estudios que demuestran que la semana de regreso al trabajo es más importante de lo que parece y puede marcar una tendencia para el resto del año, por lo que, si no la afrontamos de manera adecuada, puede incluso conducirnos a un episodio de estrés post-vacacional, por lo que es importante intentar detectar cualquier riesgo a tiempo y buscar soluciones que nos permitan disfrutar de nuestro trabajo y abordar los retos que tenemos por delante. En palabras de la prestigiosa psicóloga Laura Rojas-Marcos, cuyo blog se incorporará a nuestra blogosfera, septiembre es un mes "emocionalmente relevante", así que es importante afrontarlo con garantías.
¿Estás en situación de riesgo?
Según un estudio elaborado en España por la empresa de trabajo temporal Randstad, el perfil del afectado por el síndrome postvacacional es el de una mujer, mayoritariamente universitaria, de una edad comprendida entre los 25 y los 29 años. Según el mismo estudio, además, las mujeres somos más sensibles a este proceso de readaptación y, de hecho, un 63% de las encuestadas manifestaba tener síntomas relacionados con este proceso de estrés, frente al 37% de hombres que experimentaban sensaciones semejantes. En ambos sexos se percibía que el estrés disminuye o se controla mejor con la edad y tanto hombres como mujeres se sentían más dispuestos a volver a la rutina a partir de los 45 años.
¿Mito o realidad?
Aunque es cierto que la comunidad científica no se pone de acuerdo sobre la definición exacta del concepto y existencia real del "síndrome postvacacional", se considera que está relacionado con el regreso a actividades poco motivacionales, exigentes, estresantes y nada creativas.
En cualquier caso, está claro que la vuelta al trabajo exige un proceso de readaptación que, en algunos casos, llega a ser más intenso y que es necesario afrontar como es debido, para evitar molestias psicológicas y/o físicas.
¿Cómo conseguirlo?
Como casi todo en la vida, lo primero es buscar en uno mismo, analizar la situación (detectar qué es lo que más nos cuesta en la vuelta al trabajo) y tratar de incorporar pequeños cambios en nuestra rutina anterior, que nos ayuden a conseguir una mayor sensación de satisfacción y bienestar. Como primera opción, haz una lista de las cosas que no te hacen sentir del todo cómoda y busca una solución, si existe, para cada una de ellas. Además, te proponemos algunos consejos sencillos que puedes empezar a utilizar.
- Intenta hacer algo nuevo: Sal a comer algún día fuera de la oficina, o a tomar un café. Procura caminar durante tu jornada, aunque solo sea durante 5 minutos, la actividad física te ayudará a tomar aire y despejar tu mente.
- Adopta una postura de trabajo adecuada y cuida tus piernas y tu espalda: desde los años 80’s, estudios ergonómicos han demostrado que las malas
posturas en el trabajo pueden crear Desórdenes de Trauma Acumulativos. Es fundamental que te sientes de manera correcta y que realices estiramientos ocasionalmente durante la jornada.
- Incorpora algún elemento que te motive a tu mesa de trabajo: escucha música, si es posible, incluye fotografías que te haga sentir bien, decora tu espacio de trabajo con alguna planta y, en general, trata de sentirte cómoda.
- No abandones de golpe tus aficiones, de hecho, trata de continuarlas en la medida de lo posible y en función de lo que tu horario y responsabilidades te permitan, especialmente las relacionadas con el ejercicio físico, ya que la generación de endorfinas, la hormona del deporte, te proporcionará sensaciones de placer y bienestar y te ayudará a aumentar tu rendimiento.
- Planifica tus tareas: intenta dedicar los 10 primeros minutos de tu jornada a estructurar los temas pendientes diferenciando entre lo urgente, lo importante y lo superfluo. Tener claras tus prioridades reduce el estrés y te aportará una mayor sensación de control.
- Intenta reducir las reuniones o compromisos innecesarios: suelta lastre y dale valor a tu tiempo. No intentes sobresaturarte ni abarcar más de lo que puedes, o con el paso de los meses, te pasará factura.
¡Mucho ánimo y a por el nuevo "curso"!
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