En la industria tecnológica se lucha una encarnizada
batalla por un activo fundamental, estratégico, crítico: el talento. Por
supuesto, esta competencia tiene lugar en muchas otras industrias también, pero
el sector tecnológico, con su velocidad, marca claramente tendencia.
La competencia por atraer a los mejores profesionales
se ha convertido en una constante. Ya no hay pactos. Las empresas se roban
personas y equipos unas a otras, hasta el punto de que cada vez resulta más
fácil hacer análisis de estrategias futuras basándose en los perfiles que las
compañías incorporan.
Si ves que Apple está fichando por todos los medios
directivos de empresas como PayPal y American Express, no hace falta ser adivino
para plantearse que, muy posiblemente, estén trabajando en un medio de pago. Si
además resulta que esos perfiles en concreto tienen en común estar centrados en
el área de los programas de lealtad… atar cabos nunca fue tan sencillo.
Una de las prácticas en las que se comprueba la enorme
importancia del talento es en la súbita abundancia de los
llamados acqui-hires: adquisiciones de compañías que tienen en realidad
como fin principal incorporar a la empresa compradora al equipo directivo o a
los desarrolladores de la comprada. Básicamente, “como no puedo ficharte porque
estás trabajando en tu propio proyecto y no te vas a dejar, compro el proyecto
entero y a ti con él”.
La importancia de apostar por equipos (el talento E.Dans