La palabra crea la realidad al interior y al exterior de una persona. ¿Cómo creas la tuya? Eduardo Lan te da 3 pasos para ser impecable con lo que dices.
La mayoría de los seres humanos damos muy poco valor a lo que decimos. Hablamos con nosotros mismos y con otros sin pensar, y creemos que nuestras palabras están separadas de lo que pasa y nos pasa en la vida.
Nos relacionamos con las palabras como símbolos que describen la realidad, como si hubiera una realidad allá afuera por un lado y un yo aquí adentro por el otro. De esta manera, vamos por la vida etiquetando las cosas: bueno, malo, difícil, fácil, justo, injusto, etc., creyendo que lo que decimos es verdad y simplemente es así.
La realidad es que no es así. Considera que estamos estrechamente vinculados con el mundo externo. Nuestras palabras no solo describen el mundo, también lo crean. Cada palabra que emitimos, ya sea interna o externamente, está creando nuestra realidad o, al menos, consolidando la realidad ya existente.
Por ejemplo, si etiquetamos una situación laboral como difícil, todas nuestras acciones y resultados, estarán perfectamente correlacionados con que es difícil, lo sea realmente o no. Tenemos una falsa separación. No hay ser y un mundo. Solo hay ser en el mundo.
Es común escuchar a las personas decir lo que dicen convencidos absolutamente de sus opiniones y puntos de vista, cual poseedores de la verdad. Sin embargo, está comprobado que nuestras opiniones, puntos de vista e incluso apreciaciones de la “realidad”, son subjetivas.
Tan es así que si entrevistáramos a 10 personas que salen de una junta de negocios, obtendríamos al menos 8 versiones diferentes de lo que sucedió en esa junta. Y es que utilizamos las palabras de manera muy imprecisa. Es común que las personas usen palabras y frases ambiguas al comunicarse con otros y después se molesten por la falta de resultados esperados.
Obviamente, al suceder esto se lo explican culpando al otro de su ineptitud, nunca deteniéndose a analizar su comunicación y las palabras que emplearon al realizarla.
Algunas palabras y frases ambiguas e imprecisas que utilizamos incluyen:
- Tratar
- Mejor/Mejorar
- Oportuno
- Tan pronto como sea posible
- Rápidamente/más rápido/rápido
- Lo mejor que pueda
- A no ser que se presenten circunstancias de fuerza mayor
Dale a tus palabras la importancia que tienen
La herramienta más poderosa que tenemos los seres humanos es la palabra. Estas pueden crear o destruir. Relaciónate con ellas como tal, en lugar de verlas como meros símbolos.Piensa antes de hablar y pregúntate qué quieres crear con tu lenguaje
Si la palabra crea, entonces es importante pensar antes de emitir juicios, opiniones y puntos de vista acerca de nosotros, los demás o cualquier circunstancia. Recuerda, no hay un mundo allá afuera del cual estés separado.Sé preciso con tus palabras
Evita utilizar palabras y frases ambiguas como las enlistadas anteriormente y di exactamente lo que quieras decir. No digas tratar; se hace o no se hace. No digas mejorar; determina exactamente las condiciones de éxito. No digas oportuno; establece de manera precisa en qué día y a qué hora.Nuestras palabras tienen el poder de cambiar nuestras vidas. Pueden enaltecernos hasta los cielos o hundirnos hasta las profundidades más oscuras. No son simples símbolos que describen la realidad, sino elementos inseparables de nuestra experiencia de la vida.
Napoleon Hill, el célebre autor y asesor de varios presidentes estadounidenses dijo una vez: