Hace unos días recibí una newsletter en el que Pull and Bear, una de mis marcas favoritas de Inditex sino la que más, anunciaba el sistema drop point como método activo de envío.
Leído esto, me quedé como estaba. Desde aquí, una pequeña riña a las responsables de comunicación de la firma. Vale que vuestro público sea hipster, bilingüe y de vuelta de todo, pero los que nos gastamos la paga -y no precisamente la de papá- estamos un poco perdidos en esto de los “nombres rarunos para quedar bien”. Aparte de esto, no se debe pasar por alto el hecho de que, en la comunicación periodística, nos tenemos que asegurar, en todo momento, de que el mensaje queda claro para el receptor. Si no, el éxito es nulo y, por tanto, el mensaje pierde su razón primera.
Dicho esto, que me ha quedado muy universitario, os explico en qué consiste el dichoso drop point.
Se trata de una amplia red de puntos de entrega urbanos preestablecidos
por las enseñas y escogidos, en último término, por el cliente.
En muchas ocasiones, la tienda más cercana ni siquiera se encuentra
en nuestro código postal y el envío a domicilio se convierte en algo
tedioso: no estamos en casa, no tenemos portero en el bloque y es más
caro.La solución pasa por la implementación de lugares habituales de compra (quioscos de prensa, puestos de lotería, oficinas de Correos, etc.) para el cliente, quien elige dónde acudir a recoger su paquete. En el caso de Pull and Bear, este pedido supone un coste de 2,95 euros, frente a los 3,95 del envío estándar a domicilio. El servicio, en sí, se presenta cómodo.