¿Dejas todo para mañana? ¿Eres perfeccionista? Estos son síntomas de un adicto al sabotaje por miedo al fracaso e incluso, temor al crecimiento.
“Cuando hablamos de una persona con un perfil de autosabotaje profesional, hablamos de los profesionistas que realizan ciertas actitudes, conscientes o inconscientes, que obstaculizan el crecimiento profesional (…) esto incluye una combinación de sentimientos y acciones que nos protegen con una algún sentimiento de decepción o fracaso, es un mecanismo de autodefensa”, comenta Fernando Calderón, director de mercadotecnia y relaciones públicas de OCC Mundial.
Sin embargo, estas reacciones de “protección” son comunes en el 100% de los profesionistas a nivel mundial. De acuerdo con los expertos, el miedo a lo nuevo o al cambio está presente en todos los ambientes laborales, el problema es cuando este mecanismo de defensa prohíbe un crecimiento personal o profesional y literal, frena tu vida, comenta Calderón.
¿Cuál es el perfil de un autosaboteador?
En México, cuando hablamos de un perfil de autosabotaje, también hablamos de una cultura que lo fomenta: el miedo de crecimiento, la competencia laboral, la necesidad de demostrar superioridad, la envidia laboral; todos estos son factores culturales que afectan nuestra vida profesional y que forman parte de una cultura nacional.De acuerdo con el especialista, todas las personas, en algún momento, se han autosaboteado. “Si alguna vez has sentido temor al fracaso, a cometer errores o tomar riesgos, si has tenido una cierta incapacidad para escuchar o poner límites, si eres una persona preocupada constantemente o te consideras víctima, crítica hacia los otros o con la tendencia a compararte con los demás, y un largo etcétera, entonces has incurrido en conductas autosaboteadoras”.
En la oficina puede manifestarse de muchas formas:
1. Las cosas a medias. Se refiere cuando se empieza algún proyecto con entusiasmo e ímpetu y se abandona antes de concluirlo o de llegar a la mitad del camino. En muchas ocasiones, estas interrupciones son un freno para que esas personas se vuelvan candidatos para ascensos o aumentos salariales.
La explicación que los expertos suelen dar, es que mientras no se concluya la tarea iniciada, no se enfrentarán los resultados y por ende las consecuencias: ya sea el éxito o el fracaso. La contraparte es que tampoco se descubrirá la satisfacción de alcanzar los objetivos establecidos por uno mismo y de demostrarse que se está a la altura, se es competente e inteligente, comenta el especialista.
2. Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Ser procrastinador es una de las conductas que nos protegen de ver cuáles son los resultados de nuestro esfuerzo, de esta forma, se encuentran los pretextos perfectos para postergar llegar a ellos. Según Calderón, especialistas aseguran que es un síntoma de la falta de motivación o del poco gusto que se siente hacia la actividad que se está llevando a cabo.
3. Perfeccionismo. “Si no queda perfecto, no se hace”, esta frase puede ser la excusa perfecta para no realizar algo bajo presión o metas precisas. Este perfeccionismo “extremo”, no sólo evita caer en errores por evasión, sino es un escudo protector frente a las expectativas de otras personas o a nuestra falta de capacidad y competencia.
4. Excusas. Cualquier pretexto, a lo largo de nuestra vida escolar, profesional o familiar, es una conducta de evasión a la responsabilidad. Para los expertos, comenta Calderón, es una forma de disfrazar el miedo, mejor conocida como “el miedo al fracaso”.
¿Qué hacer si soy un autosaboteador?
Lo primero es identificar esta conducta como un mecanismo de defensa que surge de manera inconsciente para protegernos del fracaso, su intensión es positiva, asegura el especialista. Sin embargo, hay que identificar en que situaciones es útil y en qué otras impide el logro de objetivos y responsabilidades. Realizar una autoevaluación o autorreflexión, es necesario para controlar estas conductas que pueden ser dañinas.Para lograrlo, el experto nos brinda algunas sugerencias:
1. Dejar las cosas a medias: el primer paso es tener la capacidad de reconocer que esta conducta sucede, es por esto que un buen líder podrá dar retroalimentación positiva a la vez que alentar a terminar un proyecto con todo y la posibilidad del éxito.
2. Procrastinar: se puede empezar por preguntarse y responderse honestamente: ¿estoy haciendo algo que en verdad me gusta? ¿Me siento motivado? A mayor sinceridad mayor posibilidad de poner en acción una decisión responsable.
3. Perfeccionismo: arriesgarse con cosas pequeñas inicialmente, por ejemplo, entregar algún documento o presentación sin haber hecho una última, última revisión…Cuando se experimenta que lo bueno suele ser suficiente es más fácil dejar atrás el apego al perfeccionismo extremo que es una forma extrema de temor.
4. Pretextos: hacer del objetivo, la prioridad y dejarse de excusas.
Estas prácticas autosaboteadoras pueden perjudicar la vida profesional y personal de cada uno de los trabajadores en la organización, sin embargo, las compañías también se ven afectadas en su desarrollo ante estas conductas. Por ello, es importante crear ambientes laborales que faciliten la interacción entre colaboradores y directivos para ejercer una comunicación asertiva y efectiva, así como propiciar ambientes de crecimiento y reconocimiento.