Cuando alguien llegue a ti con el
proyecto de tu vida, la apuesta de futuro, el trabajo “hay que
empezar tragando para luego vean los resultados”, “no podemos ofrecerte un
presupuesto, pero adquirirás experiencia” u otros cuentos de la mitología
griega, y utilice como principal arma / objetivo el precio, no malgastes tu
tiempo y energías. Vete a buscar a otra parte, por mucho que lo necesites. No
funcionará.
Quien te aprieta hoy, te aprieta mañana cuando tiene más recursos, argumentos
y más poder. No falla. Un cliente que sólo busca precio, nunca valorará la
profesionalidad, cariño y brillantez
que viene con tu trabajo. Es un cliente – y un proyecto – muerto.
Empezar ridiculizando el margen económico, es un mal inicio para todos en los
negocio de hoy en día. La nueva economía busca fidelidad, resonancia y conexión
a largo plazo, algo que bien ejecutado suele convertirse en amistad.
Huye de esas propuestas, de esos clientes, de esas intenciones, lo que podría
parece una buena oportunidad acabará ahogándote, deshaciendo toda tu ilusión y
quemando la chispa que depositarías en ese cliente.
Cuéntame cómo de barato eres y te diré lo poco que el mundo valora tu
trabajo.
Photo credit: ecastro.
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