“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.” Albert Einstein
Todos de alguna u otra manera nos
dedicamos a resolver problemas a diario, en la vida cotidiana, en tu
trabajo, en tu vida personal, etc., etc. En lo conceptual es difícil
definir precisamente lo que es un problema, aunque podemos decir que: “es algo que se propone para que sea resuelto”. También podemos ver que resolver un problema no necesariamente significa tener un método o procedimiento para resolverlo.
Antes de intentar buscar la solución de un problema, deberíamos responder a los siguientes interrogantes:
- ¿Cuáles son los datos que tenemos del problema (informaciones)?
- ¿Cuáles son las soluciones posibles que se te ocurren?
- ¿Cuál podrías ser una solución satisfactoria?
Respondiendo estas preguntas de
antemano, podemos formar un hipótesis de cómo podríamos llegar a un
método para resolver el dilema. Podríamos también proponer un sistema
bien sencillo para afrontar y resolver problemas simples, en 3 pasos:
- Aceptar que tienes un problema: lo primero es darse cuenta de que el problema existe y aceptarlo como tal.
- Buscar una posible solución: una vez aceptada la existencia del problema y estando dispuestos a proceder a su solución, es hora de buscar una forma de resolverlo.
- Aplicar un esfuerzo extra: muchas veces no vemos frustrados, pues queremos aplicar soluciones conocidas a situaciones desconocidas (problemas). Resolver un problema requiere de un esfuerzo y paciencia extra.