En este liderazgo, el mayor valor es el empleado y su compromiso emocional, para generar cohesión y elevar su productividad.
Una
reconocida familia española tenía serios problemas económicos en sus
distintas empresas. Ante la crisis, la familia decidió renovar a los
directivos de cada uno de sus negocios y a uno de esos llegó un directivo español procedente de Estados Unidos con una ideología: el personal debe sentir ilusión por trabajar.
Su
primer acto fue preguntar a sus empleados en qué tipo de empresa
querían laborar. Con el resultado de la encuesta, el nuevo directivo
buscó puntos comunes y generó los cambios que consideraba prioritarios.
Al
primer año, mientras el resto de las empresas de la familia seguían a
la baja, esta empresa no registró ninguna pérdida, y al siguiente año
reportó sus primeras ganancias. “¿Qué estás haciendo?”, le cuestionó el
presidente corporativo. “Estoy cuidando a las personas”, respondió el
directivo.
Este es el caso real que utiliza el coach español Mario Alonso Puig para
ilustrar al líder humanista, en entrevista con AltoNivel.com.mx. En el
caso omitió los nombres por confidencialidad de su cliente.
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El principal valor, ¿capital humano o producto?
“Durante mucho tiempo se ha llamado líder a las personas que tenían un cargo que les permitíacastigar y premiar a
las personas que tenían debajo. Su liderazgo estaba basado en el
poder”, explica Puig, un médico cirujano español, que se convirtió a lo
largo de la última década en uno de los conferencistas de liderazgo más
destacados a nivel mundial, y que ha participado ante auditorios como el
Foro Económico Mundial de 2011 y distintos congresos de Mentes
Brillantes.
“Nadie va a dar lo mejor de sí mismo solo por un cheque”
“En algún momento de nuestra historia, derivado de la producción industrial, dejamos de valorar al ser humanoen
lo que verdaderamente vale y empezamos a tratarnos como verdaderos
objetos: ‘Te ayudo para conseguir algo’, ‘te quito de en medio porque me
impides hacer tal cosa’. Hoy lo que se necesita son personas que
influyan a través de la comprensión de sus empleados”, agrega Puig.
Para
el coach, el líder humanista tiene que ir más allá de una posición de
autoridad y entender qué ilusiona a su personal, qué necesita, qué le
preocupa y nunca estar en soledad.
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La importancia del estado anímico
El
líder humanista tiene una base científica que lo traduce en mayor
competitividad para una empresa, según Mario Alonso Puig, la comprensión
actual está determinada por el cerebro afectivo.
“Hoy sabemos que la creatividad, la capacidad analítica, la toma de decisiones, la capacidad de negociar, y de resolver problemas, se puede aumentar o reducir dependiendo el estado anímico de una persona”.
El
médico señala que, si el cerebro afectivo tiene como estado dominante
la ilusión y el entusiasmo, la capacidad creativa, la inteligencia, la
memoria, y el aprendizaje, se expanden. Por el contrario, si la persona
se siente incapaz, desesperada, o cree que no tiene una solución, sus
capacidades mentales disminuyen.
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Puig
retoma el caso de la empresa española que asesoró y recuerda a una
telefonista a la que el corporativo propuso mover de área y que
respondió:
“NO ME VOY DE AQUÍ PORQUE ¿EN QUÉ EMPRESA UN DIRECTOR GENERAL HABLA CON LAS TELEFONISTAS? SOLO EN ÉSTA”.
El conferencista considera que un líder humanista llega a una empresa y entiende que tener un cargo no es el punto final, sino el punto de partida, en el que su inicio será interesarse por los que más necesitan.
“Los líderes humanistas