Han sido muchos años defendiendo a Wikipedia. No solo donando activamente cada vez que me encontraba el banner que lo solicitaba – nunca es mal momento para hacerlo,
aunque no haya campaña abierta – sino también hablando de la
impresionante magnitud de la obra acometida, del momento en que se pudo
considerar que ya era la mejor, más completa y más actualizada
enciclopedia jamás creada por el hombre, convenciendo a alumnos y a
profesores de lo ridículo y absurdo que resultaba aquel topicazo de
“niños, no uséis la Wikipedia que eso lo puede editar cualquiera y no es
rigurosa”, escribiendo sobre el proceso de revisión abierto y
permanente de su metodología, insultando a los periodistas
irresponsables que introducían errores para contar cómo era de fácil
hacerlo pero dejaban de informar sobre su corrección casi instantánea,
discutiendo el caso Encarta y la supremacía de los sistemas abiertos
frente a los cerrados… o simplemente, usando constantemente Wikipedia,
editándola de vez en cuando y vinculando a ella casi todos los días
desde casi cada una de mis entradas.
Han sido veintitrés artículos en algo más de diez años hablando
de Wikipedia, y un número incalculable de enlaces a sus páginas, todos y
cada uno de ellos formulados como un grito de “¡yo soy académico y sí
estoy firmemente convencido que Wikipedia es la mejor fuente que existe
para muchísimas cosas, el mejor lugar al que enviar a mis lectores
cuando quieren profundizar en infinidad de temas!”
Y finalmente, llega un día la Fundación Princesa de Asturias, le otorga el Premio de Cooperación Internacional 2015, y salda la discusión: si crees que la Wikipedia es mala, inexacta o poco fiable, o si eres de esos profesores que van de snobs (o
mejor, de ignorantes) y no permite que sus alumnos la utilicen o la
citen… ESTÁS EQUIVOCADO. Así, con mayúsculas. No, no es que la Fundación
Princesa de Asturias sea infalible, de hecho, pocas cosas lo son. Pero
el premio supone un fantástico y muy merecido espaldarazo a uno de los
proyectos más bonitos que ha dado internet a lo largo de su historia,
una obra que convierte al genialJimmy Wales en
una de esas personas cuyo nombre merece perdurar en la historia. No, no
es una obra individual, todo lo contrario: es la exaltación de la obra
colectiva. Pero Jimmy Wales representa a toda la Wikimedia Foundation y a
todos los que utilizan o editan Wikipedia y sus proyectos afines a las
mil maravillas.
Enhorabuena,
Wikipedia, por poner el conocimiento estructurado y enciclopédico al
alcance de tantas personas, por mejorar de verdad el mundo en el que
vivimos. Un premio enormemente merecido. E.Dans