Cuando observas a una persona que no levanta la mirada del suelo,
algo no marcha bien en su interior. En el momento que ves a un niño comiendo
sólo en el comedor de un colegio, algo falla en sus educadores o cuidadores. Si
eres castigado por tu padres porque no has pasado el test de múltiple respuesta,
algo falla en su percepción de aprendizaje. Cuando en una escuela de negocios,
un (consultor) profesor te está vendiendo su consultoría de recursos humanos en
lugar de explicarte cómo desarrollar tus habilidades interpersonales y ponerlas
en práctica, algo no funciona correctamente en el modelo de formación
profesional que hemos creado.
Desde el instante que un cliente te exige infinitamente más de lo que te
ofrece, no hay duda que algo está fallando en tu comunicación y objetivos. Si
siempre llegas a tarde a las reuniones o nunca cumples deadlines, algo falla en
tu capacidad de compromiso, claro. Cada vez que te apuntas el primero a la
fiesta y luego desapareces cuando hay que hacer el trabajo que implica mancharse
las manos, bueno, algo falla a la hora de comprender el significado de la
palabra honestidad. Criticar cualquier e creencia, experiencia u opinión que sea
diferente a la tuya propia, refleja que algo falla con tu manera de entender la
nueva
economía. Cuando trabajas para alguien que te impide soñar grande,
algo falla a valorar tu dignidad.
Cuando esperas sentado en la silla de tu trabajo (o sofá de tu casa) que
aparezca el Capitán América y te pregunte si quieres formar parte de los
Vengadores, algo falla primero en lo que bebiste anoche y segundo – y más
importante – en tu manera de hacer que las
cosas que te importan sucedan.
Algo falla cuando no haces cualquier cosa que impide a otros (y a ti) sobresalir
de si mismos.
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