
Desde el instante que un cliente te exige infinitamente más de lo que te ofrece, no hay duda que algo está fallando en tu comunicación y objetivos. Si siempre llegas a tarde a las reuniones o nunca cumples deadlines, algo falla en tu capacidad de compromiso, claro. Cada vez que te apuntas el primero a la fiesta y luego desapareces cuando hay que hacer el trabajo que implica mancharse las manos, bueno, algo falla a la hora de comprender el significado de la palabra honestidad. Criticar cualquier e creencia, experiencia u opinión que sea diferente a la tuya propia, refleja que algo falla con tu manera de entender la nueva economía. Cuando trabajas para alguien que te impide soñar grande, algo falla a valorar tu dignidad.
Cuando esperas sentado en la silla de tu trabajo (o sofá de tu casa) que aparezca el Capitán América y te pregunte si quieres formar parte de los Vengadores, algo falla primero en lo que bebiste anoche y segundo – y más importante – en tu manera de hacer que las cosas que te importan sucedan.
Algo falla cuando no haces cualquier cosa que impide a otros (y a ti) sobresalir de si mismos.