La Guardia Civil está
combatiendo en las carreteras la última artimaña de los conductores para
burlar las multas por exceso de velocidad
Unas pegatinas que hacen la matricula
invisible se han convertido en la última artimaña de los conductores
para evitar ser multados por el radar en las carreteras si circulan a
mayor velocidad de la permitida. Pero Tráfico está realizando estos
días, coincidiendo además con los desplazamientos propios de la Semana
Santa, controles especiales para detectar esta práctica totalmente
ilegal.
Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes conocedoras de la operación, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico están deteniendo estos días a los conductores en las carreteras para revisar las matrículas de sus vehículos.
El objetivo es comprobar que no están utilizando esta artimaña ilegal para burlar a los radares instalados por la DGT en las carreteras.
Hasta ahora, la laca y unos sprays específicos eran los trucos más famosos para intentar engañar al radar. Aplicar un toque de laca del pelo sobre la placa provoca que el flash de la cámara se refleje, impidiendo la correcta lectura de los números y letras de la matrícula.
Esto significa en la práctica que las pegatinas situadas sobre los números de la matrícula dificultarán la identificación del vehículo ante los flashes de los radares.
El Boletín Oficial del Estado publicó la semana pasada la nueva Ley de Tráfico, que entrará en vigor el próximo 9 de mayo y contempla esta medida. El uso de detectores acarreará sanciones como la pérdida de tres puntos del carné y una multa de 200 euros.
Advierten que utilizar herramientas como Twitter para alertar de la ubicación de radares en las carreteras es una imprudencia y una actuación no cívica.
Ante estas situaciones, tal y cómo se contó en ECD hace unos meses, los agentes tienen orden también de cambiar con frecuencia, aproximadamente cada cinco minutos, la localización de los radares móviles en las carreteras para disuadir a los conductores que utilizan las redes sociales para delatar la presencia de radares.
Explican que cuando el dispositivo de control de velocidad detecta que ha sido fotografiado por algún conductor, para colgarlo inmediatamente después en las redes sociales y alertar a los viajeros que circulan detrás, los agentes proceden a desmontar en ese mismo instante el puesto y lo colocan en otro punto distinto.
El objetivo es comprobar que no están utilizando esta artimaña ilegal para burlar a los radares instalados por la DGT en las carreteras.
Hasta ahora, la laca y unos sprays específicos eran los trucos más famosos para intentar engañar al radar. Aplicar un toque de laca del pelo sobre la placa provoca que el flash de la cámara se refleje, impidiendo la correcta lectura de los números y letras de la matrícula.
Pegatinas que hacen invisible la matrícula
El nuevo invento, que llega ahora desde Rusia, se compone por unos adhesivos negros con idéntica forma a los números y letras de la placa. Colocados sobre ellos los convierten en invisibles ante las cámaras.Esto significa en la práctica que las pegatinas situadas sobre los números de la matrícula dificultarán la identificación del vehículo ante los flashes de los radares.
Prohibidos los detectores de radares en mayo
Las fuentes de la Guardia Civil a las que ha tenido acceso ECD asocian la aparición de estos nuevos trucos para burlar a los radares a la inminente prohibición de los detectores de estos dispositivos.El Boletín Oficial del Estado publicó la semana pasada la nueva Ley de Tráfico, que entrará en vigor el próximo 9 de mayo y contempla esta medida. El uso de detectores acarreará sanciones como la pérdida de tres puntos del carné y una multa de 200 euros.
Cambiar el radar de sitio cada cinco minutos
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico, a los que ha tenido acceso este confidencial, explican que otro de los asuntos que les preocupa enormemente es el aumento del uso de redes sociales para informar de la ubicación de radares. Así como también revelar lugares concretos en los que se realizan controles de alcoholemia.Advierten que utilizar herramientas como Twitter para alertar de la ubicación de radares en las carreteras es una imprudencia y una actuación no cívica.
Ante estas situaciones, tal y cómo se contó en ECD hace unos meses, los agentes tienen orden también de cambiar con frecuencia, aproximadamente cada cinco minutos, la localización de los radares móviles en las carreteras para disuadir a los conductores que utilizan las redes sociales para delatar la presencia de radares.
Explican que cuando el dispositivo de control de velocidad detecta que ha sido fotografiado por algún conductor, para colgarlo inmediatamente después en las redes sociales y alertar a los viajeros que circulan detrás, los agentes proceden a desmontar en ese mismo instante el puesto y lo colocan en otro punto distinto.