Daniel Servitje habla sobre algunas estrategias que han impulsado a Bimbo para consolidarse en México y el mercado internacional.
Bimbo
es una de las grandes empresas mexicanas consolidadas a nivel
internacional. Desde su fundación en 1945, ha ingresado a 22 países de
tres continentes, tiene una capitalización de mercado de 13.8 millones de dólares, 2.4 millones de puntos de venta, 129,000 colaboradores, ha realizado 53 adquisiciones de 2000 a la fecha y ha crecido a una tasa 5 o 6 veces superior al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), compartió Daniel Servitje, frente a empresarios con motivo del Harvard Business Review Summit, en León Guanajuato.
Servitje, uno de los tres directores con los que ha contado esta empresa familiar en toda su historia y con 17 años en el cargo, compartió algunas experiencias ante el grupo de emprendedores y empresarios.
1.- Reinvertir en los negocios
Daniel
Servitje asegura que una empresa que quiera preservar su existencia
debe tener una voluntad y plan de largo plazo, además de una política
de reinversión de las utilidades: “El 80, 90% de las utilidades regresan al negocio, lo que a la vez representa un compromiso a los colaboradores de la empresa, pues saben que habrá planes a futuro”.
El empresario asegura que la palabra “crecer” está en el ADN de la empresa: “Creemos que crecer es una manera de sobrevivir y aportar soluciones a la gente que trabaja con nosotros. Todo lo que hacemos debe construir nuestra postura en la industria”.
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2.- La cultura supera a la estrategia
Una
clave importante es tener una cultura común entre las distintas
entidades de los negocios. Por ejemplo: Bimbo tiene como fines externos,
en el aspecto económico, proporcionar bienes y servicios a la sociedad,
y en el ramo social-ambiental, contribuir al desarrollo de la sociedad
de manera sustentable.
“Me inspiran los líderes que están en la línea de fuego”: Daniel Servitje
Como
fin interno, en el área económica busca retribuir a los integrantes de
la empresa, personal e inversionistas, mientras en el aspecto
social-ambiental, pretende contribuir al desarrollo personal y
profesional de sus integrantes.
Servitje se considera un “líder de instinto”,
que lee mucho y se involucra en los detalles de su empresa. Asegura que
cada tres meses hace una conferencia satelital donde se reúnen 2,000, o
3,000 líderes de la compañía y selecciona a algunos con los que tuvo
contacto.
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3.- Saber enfrentar crisis
El presidente de Bimbo aseguró que su empresa tiene comités de crisis que trabajan con soluciones para distintos problemas, como la inseguridad.
“Hace
un año y medio se hablaba del momento de México, pero la tragedia de
Iguala ha proyectado una sombra de cómo se nos percibe en el mundo. El
estado de ánimo de México no es el mejor y además los aspectos
económicos no son tan brillantes”, asegura.
Dentro
de su ideología, Bimbo considera que la integridad física de los
colaboradores “va por delante de la eficiencia en la operación y los
resultados de la empresa”.
4.- Invierte en innovación
Servitje asegura que cada año lanzan entre 500 y 600 productos en los diferentes mercados.
“Es un proceso descentralizado (…) Buscamos tener nuevas ideas que se
divulguen y sometan a prueba. Muchas de las innovaciones comenzaron en
un país y se trasladaron a otro”.
Bimbo tiene 200 personas que trabajan en seis centros de innovación.
Según el presidente de la empresa, en lo que más invierte es en
tecnología, operaciones, innovación, y la mejora del desempeño desde las
ventas.
El
empresario asegura que todos los cambios se hacen acompañados con la
opinión del consumidor, y puso de ejemplo el caso de la estevia, un
edulcorante natural que están utilizando en algunos de sus productos.
“Nuestra
misión es alimentar, deleitar y servir a nuestro mundo. La alimentación
no tiene que ser aburrida. A lo largo del día, las personas tenemos la
oportunidad de tener pequeños placeres”.
5.- Ningún país es igual a otro
Daniel
Servitje asegura que este es uno de los aprendizajes vitales de su
empresa, por lo que solo da tres consejos a los empresarios: No replicar estrategias en otro país,
pues cada uno tiene una cultura distinta; tener una mente abierta para
hacer altos en el camino y ajustar la dirección; y tener visión de largo
plazo, es decir, contar con un pie firme en el mercado local y “tener
claro que las cosas no van a salir bien ni a la primera, ni a la
segunda, ni a la tercera”.