- Cuando tengas que lanzar un proyecto.
- Cuando quieras que algo funcione.
- Cuando te sientas exitoso.
- Cuando sientas que vas por detrás de tu competencia.
- Cuando nadie de un euro por ti.
- Cuando el resultado no sea sobresaliente.
- Cuando intentes algo.
- Cuando alguien confíe en ti.
- Cuando sientas que estás a la cabeza, liderando.
- Cuando tus compañeros trabajen incesantemente.
- Cuando estés bloqueado (o paralizado)
- Cuando estés a punto de cumplir un “deadline”.
- Cuando pruebes el sabor del asfalto.
- Cuando sientas el miedo en la nuca.
- Cuando trabajes en un ambiente hostil.
- Cuando tu equipo o departamento no empuje lo suficiente.
- Cuando no tengas tiempo para hacer las cosas.
- Cuando la vida te de un bofetada.
- Cuando la atención y confianza esté depositada en ti.
- Cuando obtengas la oportunidad que habías demandado con insistencia.
- Cuando tengas que ayudar a alguien.
- Cuando la situación te sobrepase.
- Cuando digas “yo haré esto” o “es cosa mía”.
- Cuando las expectativas estén por las nubes.
No es posible obtener el mejor resultado posible si solo inviertes una parte de tu atrevimiento, energía y pasión en ello. Las personas que aprietan el culo siempre estarán varios kilómetros por delante de ti.
Isra Garcia