El peor enemigo eres tú
En un momento donde el multi-tasking se ha convertido en una manera de vivir, donde el inconformismo es ahora un fundamento para sobrevivir, la productividad es la deuda pendiente de todos, el liderazgo parece ser un estándar obligatorio y la comunicación nunca finaliza. Frecuentemente, me pregunto, como de distorsionada llegar a estar nuestra perspectiva hasta que un día nos damos cuenta que la claridad es suprema a esa optimización que buscamos. Piénsalo por un momento, esperas respuestas instantáneas a los SMS, emails, DMs o comentarios en el blog, y aún así te quejas de que hay demasiados mensajes los cuales necesitas leer y responder. Los hechos demuestran que en realidad tú podrías ser tu peor enemigo, no la tecnología (dispositivos móviles, APPs como whatsapp, redes sociales como Facebook) a la cual muy a menudo culpas. Parece que existe el juego – versión electrónica – de la “patata caliente”; por cada mensaje enviado, siempre te devuelven dos.
La conectividad se consigue a costa de sacrificar lo humano.
El balance está en el extremo
Tan pronto como logras saltar fuera de la zona de confort, descubres, por defecto, que creando un nuevo centro, podrías estar sumergido de nuevo en una nueva sensación de confort. Sin embargo, ese centro, o estado de gracia, requiere ahora y en un tiempo, una nueva consideración para asegurarte que no sólo estás enfocado hacia lo que importa en tus negocios o vida, sino también para moverte ávidamente, a través del camino que te lleve hacia la dirección en la que deseas liderar tus esfuerzos. Buscar el equilibrio, significa permanecer en márgenes opuestos una y otra vez, esto es ahora más importante que nunca. Encontrar esos márgenes y llegar a ese llamado nuevo equilibrio, podría parecer elusivo y filosófico para muchos, lo sé, pero perseguir ese estado de claridad producido por los contrastes y seguir ese aprendizaje hacia la dirección elegida, es esencial para entender cómo marcar la diferencia en este escenario disruptivo. Isra Garcia