La mujer incrementa su papel en la alta dirección y en los negocios del país. Disciplina, apoyo familiar y ser versátil, son algunas claves para lograrlo.
El poder femenino en la alta dirección va en aumento, y eso no excluye a las mamás. A pesar de los miedos, barreras e inequidad que enfrentan, las mujeres han demostrado en las últimas décadas su potencial emprendedor.
María del Carmen Bernal González, directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del Ipade, asegura que el contexto social, cultural y económico de México dificulta que las mujeres desarrollen una vena profesional enfocada a los negocios.
Sin embargo han sabido marchar hacia adelante. De acuerdo a cifras del Instituto Panamericano para la Alta Dirección de Empresas (Ipade), el porcentaje de empresarias en México es del 38%, y según un reporte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de 2013, de cada cinco pequeñas y medianas empresas que se abren, tres están lideradas por ellas.
¿Sexo débil? Para nada. Las mujeres han derrumbado los obstáculos que las separan de los puestos de alta dirección, y han dejado huellas para que otras mujeres sigan los caminos de éxito que han trazado.
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¿A qué se enfrentan las mamás?
“La primera barrera que existe es la mujer misma, porque tenemos miedo, porque estamos solas, porque tenemos todos los hilos visualizados y parte del ser emprendedor implica el asumir riesgos y superar los temores que genera un proyecto”, dice Bernal González.
La segunda barrera es el contexto en el que vive cada mujer. Si es una mujer que tiene una familia integrada, la familia puede ser un impulsor para que la mujer emprenda, pero a veces el entorno no facilita que puedan abrir un negocio o ser empresarias. No tienen redes de apoyo suficientes o necesarias para poder hacer un balance o tener un trabajo y atender a una familia.
“Esto se explica porque en México todavía el rol que tiene la mujer en la familia como madre y esposa es absoluto. Es decir, a la mujer se le delega todo el papel de sacar adelante a la familia, no solo en el ámbito material sino en la parte educativa”, dice Bernal González.
“Una mujer empresaria suele transformar los obstáculos en retos”
La tercera barrera son los horarios. Puede ser que una mujer tenga una vida laboral activa, sin embargo, los horarios de su trabajo en combinación con el cuidado de la familia, le pueden mandar un mensaje de que es difícil emprender, que es incompatible tener una vida familiar con una vida profesional.
Ángeles Madrigal, vocera de la red de talento femenino WomenIn asegura que el gran reto para las mujeres que son empresarias es incorporar apoyos que sean corresponsables del proyecto familiar.
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¿Por qué se vuelven empresarias?
El por qué las mujeres se vuelven empresarias es muy variado, según las especialistas consultadas. A veces es por un mandato familiar, porque tuvieron que heredar la empresa para hacerse cargo. Esto les implica una preparación diferente porque muchas veces heredan empresas de las que no tienen idea.
Hay empresarias que lo son por una necesidad económica. Se separaron de su esposo, murió su pareja o se quedaron sin trabajo, y tuvieron que entrar al mundo laboral. La disposición es distinta, porque si es por una necesidad económica muchas veces es tan fuerte que deberán sacrificar algo.
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Y finalmente están las emprendedoras de alto impacto.No tienen una necesidad económica, ni una empresa heredada, pero si tienen la inquietud de hacer un negocio, pues lo traen en la sangre.
“Este tipo de mujeres suele ser más arriesgadas y puede abrir negocios en sectores más innovadores o retadores, pues no tiene nada que perder y cuenta con un espíritu natural de emprendimiento, generalmente lo hace en el sector de tecnología, de consultoría o creatividad”, afirma la directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del Ipade.
Es importante que la mamá sepa cuál fue el primer motor que la llevó a ser empresariaporque su trayectoria tendrá puntos en común con otras emprendedoras, y también deberá comprender a quienes tuvieron su origen en otro contexto.
Las cualidades de una mamá empresaria
El modelo de mamá ha cambiado. La mamá moderna no es la mujer que está en casa encerrada cuidando a los hijos, sino que busca hacer compatible su proyecto personal con su proyecto profesional.
“Tienen muy claro que cuando son mamás son mamás. No dejan de serlo cuando están en casa. Muchas mujeres piensan que cuando una mujer tiene un negocio será una mala madre porque no están en casa, pero la verdad es que también son mamás de tiempo completo”, dice María del Carmen Bernal González.
4 habilidades de mamás que emprendedoras o en la alta dirección
Disciplina: Ser una mamá emprendedora significa marcar muy bien los límites, respetar los horarios y los tiempos que dedican a la familia y al negocio.
Versátiles: No se casan con una idea. Tienen flexibilidad, buscan distintos medios y recursos para integrar y tener esa trayectoria personal y profesional.
Buscan apoyos. Muchas de estas mujeres emprendedoras cuentan con una pareja que las apoya no solo en la dedicación del tiempo a la familia, para lo que se dividen funciones, sino que se convierten en un impulso para ella.
Administran el miedo: Todo emprendedor tiene miedos y temores, pero las mamás que se inician en este mundo, generalmente lo hacen porque supieron dominar sus miedos, asegura Ángeles Madrigal.
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“Todo depende del proyecto de vida que tiene la persona, cómo lo va a gestionar y cuáles son sus prioridades y cómo las prioridades van en función de su proyecto de vida”, concluye Bernal González.
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El poder femenino
La especialista Gina Zabludovsky Kuper escribió en 2013 el libro Empresarias y Ejecutivas en México, con el apoyo del Ipade. En ese libro profundiza sobre el escenario de las mujeres en la alta dirección. Te compartimos algunas de las cifras que menciona:
Las mujeres se concentran en ciertas áreas específicas de las direcciones funcionales como lo son Mercadotecnia y Comunicación en las que representan un 29% y Recursos Humanos en la que alcanzan un 23%.
En 1970, el 21% de las mujeres trabajaban fuera del hogar, este porcentaje aumentó a 42% en 2012.
Las mujeres aportan 37% del Producto Interno Bruto en México, según un reporte del INEGI de 2012.
Las áreas con más mujeres en posiciones directivas son Finanzas, Recursos Humanos, Mercadotecnia y Ventas, en las que la presencia de las mujeres es de alrededor de 30%.