viernes, 28 de noviembre de 2014

GoPro y los drones

DJI Phantom con GoPro Hero 3Todo indica que GoPro, la empresa que popularizó las llamadas “cámaras de acción“, está trabajando en el desarrollo de su propia línea de drones para el mercado de consumo.
Los drones, llevados al mercado de consumo por compañías como la francesa Parrot, la china DJI o la norteamericana 3D Robotics, se han convertido en uno de los sitios más habituales para montar una cámara de las fabricadas por GoPro: los más populares, como el DJI de la ilustración, tienen precios que oscilan entre los quinientos y los mil dólares, y suelen incorporar monturas específicas para las cámaras de la compañía. El mercado para este tipo de dispositivos está experimentando un fuerte crecimiento, y se calcula que puede llegar a los dos mil millones de dólares en el año 2020.
GoPro es un ejemplo claro de una compañía que ha sido capaz de convertirse en estándar de un mercado: sus cámaras, con infinidad de accesorios para montarlas sobre prácticamente cualquier cosa, son protagonistas de todo tipo de deportes extremos, y han redefinido prácticamente los atributos de este subsegmento. Alimentada por un marketing espectacular y con unas ventas claramente crecientes, la compañía salió a bolsa en junio del pasado año con una valoración de tres mil millones de dólares, y sus acciones, que debutaron inicialmente a $31, han llegado en algunos momentos a alcanzar los $94. Con esos recursos disponibles y unas ventas esperadas para la campaña de navidad de entre quinientos y seiscientos millones de dólares, el movimiento de la compañía parece tratar de prevenir la posibilidad de que los fabricantes de drones pudiesen decidir incorporar sus propias cámaras, lo que podría generar un descenso en la demanda de las fabricadas por la compañía.
Las cámaras de GoPro están posicionadas en precios que oscilan entre los $200 y los $400 para la serie Hero. Hablamos de un producto que suele generar beneficios a la compañía no solo por su venta, sino por la demanda derivada de los múltiples accesorios de que dispone: monturas, fundas impermeables, mecanismos de succión para situarlas sobre superficies lisas, etc. Visto así, un dron puede ser interpretado como una extensión de gama, un accesorio más, un lugar más sobre el que montar la cámara, con la particularidad de que, en este caso, el accesorio tiene un precio más elevado que la cámara que, en muchos casos, puede motivar su compra.
La compañía podría, aprovechando la consideración de estándar de mercado que tiene su producto, tratar simplemente de llegar a acuerdos con fabricantes de drones para asegurar el uso de sus cámaras. Sin embargo, ha preferido optar por un movimiento más agresivo y competir directamente con ellos, en un mercado caracterizado por la rápida popularización y descenso de precio de sus componentes. Un dron, hoy, es mucho más que un conjunto de hélices y un mando a distancia: la incorporación de sensores de todo tipo, acelerómetros, GPS, etc. ha llevado a que dispongan de funciones inteligentes como la estabilización automática, el seguimiento, la navegación programada o la vuelta a la base cuando la batería está próxima a agotarse. Los vídeos tomados desde drones llevan tiempo recibiendo bastante atención: las barreras de entrada relacionadas con su producción han ido disminuyendo hasta ponerlos al alcance de prácticamente cualquiera.
La entrada en el mercado de los drones de GoPro podría marcar un incremento todavía más fuerte de la popularidad de este tipo de dispositivos, con que simplemente tuviese un éxito comparable al que fue capaz de obtener con sus cámaras. ¿Estamos preparados para un mundo en el que los drones están al alcance de cualquiera? E.Dans
 

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