La publicidad impresa o los medios de comunicación de toda
la vida, reciben siempre buenos números que supuestamente han sido generados
sobre el alcance y “share of voice”, pero lo que sigue siendo difícil
por no decir inexistente, es cuanta atención has podido ganar de la audiencia
que está interesada en lo que haces o puedes aportar, o si esos soportes
publicitarios han generado alguna intención de compra o acción
significativa.
Si el
ROI de esas plataformas no puede ser medido, la única figura de ROI
que puedes asignar en el informe de resultados es cero.
Es normal por la parte del cliente o gran corporación o incluso PYME en
algunos casos, manifestar escepticismo en términos de un marketing más nuevo,
menos familiar y aparentemente más incontrolable, pero aquellos que esperan una
respuesta de ROI completo para ese tipo de marketing, se refiere el digital,
bueno, también podrían encontrarse en una situación “no puedo llegar ahí”. Esto
se da primordialmente porque cualquier nuevo canal o enfoque necesita ser
refinado (e incrustado) en asociación con el marketing estratégico del modelo de
negocio (y marketing mix).
Merece la pena recordar que hay dos componentes principales en el ROI:
retorno e inversión. Las organizaciones (incluyendo a PYMES) tienden a
preocuparse mucho más por el retorno que por la inversión, de la cual
continuamente dudan.
Sin embargo, incluso las grandes compañías (y los demás) tienen algo valioso
que aprender de las start-ups: crear un producto viable mínimo (MVP, en
Inglés) que les permita comprobar que funciona antes de adquirir el compromiso e
inflexibilidad de realizar una potente inversión. Aunque eso no generará un ROI
medible de inmediato, la ventaja de esta técnica es que permite que cualquier
organización de cualquier tipo innove y aprenda técnicas y enfoques que
funcionen, y eso eventualmente te llevara a un ROI mejorado.
Browse » Home