La
revolución de los teléfonos inteligentes ha llegado a todas partes del
planeta, y este fenómeno, a su vez, está cambiando el modo en que
cualquier persona, negocio, empresa u organización se conecta con el
resto del mundo. Los teléfonos inteligentes han modificado la forma de
vivir, la forma de comunicarse, conectarse y relacionarse con otras
personas… y también la forma de comprar o vender productos y servicios.
En Latinoamérica más del 30% de
individuos ya tiene un Smartphone y un poco más del 70% de estos
usuarios accede a Internet todos los días desde su teléfono. Yo debo
confesarles que no salgo de mi casa sin llevar mi teléfono móvil en mi
bolsillo… y si me doy cuenta que no lo he llevado, vuelvo por él… ¿tú
haces lo mismo?
Los teléfonos inteligentes están
transformando nuestro comportamiento, nuestro estilo de vida y el son
una parte central de la vida cotidiana nos guste o no. Muchas personas
navegan en busca de productos, servicios, por OLX clasificados gratis,
y compran o venden cosas. Otras hacen reservan en restaurantes o
simplemente buscan diversión y juegos online, lo cierto que esta
tendencia está generando transacciones comerciales antes jamás pensadas.
Para las empresas es una buena noticia:
su éxito o fracaso depende de conocer qué motiva a los consumidores y
han encontrado en la tecnología a un aliado poderoso. Hoy con una
penetración en dos tercios de la población mundial se espera que los
teléfonos inteligentes y la infraestructura necesaria para hacerlos
funcionar sigan esta misma línea de crecimiento pero con mayor rapidez.
Claves cómo, la masificación, la baja en
los costos de producción y la democratización del acceso a conexiones
de Internet confirman esta tendencia. Por lo tanto, las empresas deberán
reorientar su estrategia de negocios a medida que puedan procesar lo
que significa la avalancha de información que hoy inunda la Internet.
En definitiva, la movilidad sin duda
puede mejorar la calidad de vida de la población mundial, afectando a
diferentes países y clases sociales de maneras diversas. La
democratización de la información y la capacidad para compartir
posibilita nuevas conexiones personales pero también comerciales lo que
podría ayudar a mejorar la economía y la infraestructura en países en
desarrollo.
Pero no hay que olvidar que siempre la
moneda tiene dos caras… la seguridad de los datos y la privacidad de las
personas podrían verse afectadas, mi recomendación estar bien atentos,
prestar atención con quién compartes tu información para disfrutar de la
tecnología, y las posibilidades que esta nos trae.