Recuerdo como no hace mucho besábamos el suelo que pisaban estos mismos jugadores que ahora son criticados, odiados y puestos en el punto de mira. Lo que antes era Tierra Santa, ahora es el infierno, de la noche a la mañana, sin apenas miramiento. De Spiderman a Venom de manera casi instantánea.
Decidí esperar a escribir este post hoy en lugar e hacerlo por la noche y dejarlo preparado, simplemente por si era un arrebato emocional mío, pero además para observar mejor el comportamiento del país sobre la noticia de la descalificación de la selección Española, medios de comunicación, profesionales y casi cualquier persona. Casi todos coincidían, debacle, desastre, abdicación, el fin de un ciclo.
Instinto cultural deformado
El problema es que esto no es un acto puntual o aislado, sino instinto cultural, no sucede únicamente con el fútbol, sucede en cualquier campo y con cualquier tema. Cuando todo va bien magnificamos lo que sucede a nuestro alrededor y lo elevamos a un estado casi divino, pensamos que somos los mejores, lo celebramos como si se acabara el mundo y alardeamos de ello. Ahora el lado opuesto, cuando las cosas se tuercen y hay que dar la cara y mostrar el más profundo de los apoyos, ser empáticos y entender que la derrota de hoy es la victoria del mañana, ahí, en ese momento, fallamos miserablemente como sociedad y como cultura. La razón de esto es que no estamos preparados para encajar la derrota y menos después de haber probado el lado más dulce, el de las grandes hazañas.Frustración proyectada
Lo peor de todo es que en lugar de hacer un ejercicio de cura de humildad y agradecer lo que hemos conseguido, quien lo ha conseguido, dadas las circunstancia de lo acontecido, y de aquello que era imposible basándose en lo que decía la historia. Vamos y descargamos nuestra negatividad en aquello que precisamente nos ha hecho tan felices días atrás. Nunca apuntes con un dedo a quien un día te hizo feliz, eso es de desagradecido y desconsiderado, no seas cretino.No culpes a otros de tu ira, ansiedad, frustración o desilusión – y no hablo de fútbol aquí. Cada persona hace su trabajo y el resultado que obtiene es fruto de su esfuerzo, algo que aunque creas que tienes el derecho, no te pertenece juzgar ni decidir. Menos aún cuando esas personas cambiaron la historia y escribieron la leyenda. Esto sucede principalmente, porque no vemos más allá que el momento actual, piensa en lo que hicieron, quiénes fueron, que aportaron, piensa en lo que está por venir.
Lapidar a aquellos que alabaste como dioses es un gran error y dice muy poco sobre ti. Ni tanto ni tampoco. Mira con perspectiva – hacia atrás y hacia delante.