Trabajar bajo presión puede aprenderse y es algo inevitable en nuestro mundo contemporáneo en donde las exigencias se han multiplicado.
El trabajo bajo presión es aquel que se realiza
bajo condiciones limitadas de tiempo, de sobrecarga de actividades y que
demandan mantener la eficiencia y productividad sin cometer más errores de lo habitual. Muchas
personas buscan evadir y huir de las presiones, mientras que otras se
sienten cómodas con cierta presión. Es muy probable que las últimas
hayan aprendido a manejar el estrés, a organizarse y a cumplir a tiempo
con lo que se les establece.
Trabajar bajo presión puede aprenderse y es algo inevitable en nuestro mundo contemporáneo en donde las exigencias se han multiplicado.
Este tipo de trabajo no es necesariamente negativo. De hecho la presión puede ayudarnos a sacar lo mejor de nosotros mismos, a mantener la mente enfocada, a demostrar creatividad y ser proactivos.
Aunque también se debe considerar que cuando se vive presionado, se puede llegar a experimentar problemas físicos y psíquicos en consecuencia del estrés crónico.
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Para poder manejar el estrés y trabajar bajo presión obteniendo resultados tangibles, será necesario que se desarrollen ciertas habilidades.
Algunos consejos que pueden ser de utilidad en situaciones de presión extrema son:
1. Analizar la tarea con el objetivo de separar lo importante de lo que no lo es y así definir las prioridades.
A partir de este análisis podremos determinar el foco de atención y los elementos necesarios para llevar a cabo las actividades.
En este análisis se deben tomar en cuenta los objetivos claves, el contenido del trabajo, la disponibilidad de los recursos y los parámetros y estándares de desempeño fijados por los superiores.
2. Manejar el tiempo resulta crucial para enfrentar y combatir el estrés cuando debemos lidiar con una carga de trabajo pesada.
Sí se planifica adecuadamente el tiempo, el estrés disminuye y es más probable que se cumplan con las fechas de entrega sin apuros. Asimismo, se puede asegurar el logro de los resultados al dejar lugar para los imprevistos y eventualidades.
3. Determinar las tareas que resulten improductivas y desperdician nuestro tiempo.
Por ejemplo, hacer un inventario físico puede resultar inútil para el resultado cuando al mismo tiempo se llevan registros digitales con exactitud y precisión.
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4. Hacer una lista de actividades y comunicarla a los miembros del equipo de trabajo para que todos conozcan los objetivos a corto, mediano y largo plazo. Es importante que en esta lista se identifiquen las tareas prioritarias.
5. Llevar una agenda precisa con tiempo específicos que sirvan de referencia a quienes tiene mayor dificultad para trabajar en situaciones de presión.
Esto evitará que las tareas se acumulen o se posterguen para los últimos momentos. En proyectos largos, también puede ser útil porque puede existir la tentación a acomodarse y perder de vista los plazos.
6. Distribuir equitativamente el trabajo. Es necesario que el trabajo se divida y delegue cuando se requiera que alguien con mayor experiencia o conocimiento.
Se espera que cada empleado cumpla con la función que se le ha asignado de acuerdo a sus habilidades; sin embargo, siempre es bueno impulsar la colaboración entre los miembros para que aprendan o entrenen otras habilidades.
Por otra parte manejar efectivamente la presión en el trabajo tiene que ver con otras condiciones individuales que nos ayudan a lidiar con el estrés:
Asimismo, salir corriendo nos impedirá desayunar de manera nutritiva lo que afectará tu productividad al no contar la energía suficiente para realizar tus actividades.
Te recomendamos leer también: 9 puntos para descubrir a un mártir laboral
Es recomendable que antes de tomar vacaciones no dejes pendientes que te preocupen para que logres disfrutar al máximo y relajarte para que a tu regreso puedas tener claridad mental que te permitirá ser más innovador, creativo y productivo.
Sí te es posible durante las vacaciones olvídate del celular, tablet y computadora para que no sean factores de distracción en tu tiempo de descanso.
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En conclusión, para trabajar bajo condiciones de presión extrema primero debemos controlar el estrés, y para conseguirlo será necesario tener una vida equilibrada tanto laboral, como física, social y emocionalmente que nos permita disminuir la tensión y traducirlo en energía positiva para el desarrollo de nuestras demandas profesionales.
Trabajar bajo presión puede aprenderse y es algo inevitable en nuestro mundo contemporáneo en donde las exigencias se han multiplicado.
Este tipo de trabajo no es necesariamente negativo. De hecho la presión puede ayudarnos a sacar lo mejor de nosotros mismos, a mantener la mente enfocada, a demostrar creatividad y ser proactivos.
Aunque también se debe considerar que cuando se vive presionado, se puede llegar a experimentar problemas físicos y psíquicos en consecuencia del estrés crónico.
Te recomendamos leer: 7 claves para enfrentar una crisis y salir fortalecido
Para poder manejar el estrés y trabajar bajo presión obteniendo resultados tangibles, será necesario que se desarrollen ciertas habilidades.
Algunos consejos que pueden ser de utilidad en situaciones de presión extrema son:
1. Analizar la tarea con el objetivo de separar lo importante de lo que no lo es y así definir las prioridades.
A partir de este análisis podremos determinar el foco de atención y los elementos necesarios para llevar a cabo las actividades.
En este análisis se deben tomar en cuenta los objetivos claves, el contenido del trabajo, la disponibilidad de los recursos y los parámetros y estándares de desempeño fijados por los superiores.
2. Manejar el tiempo resulta crucial para enfrentar y combatir el estrés cuando debemos lidiar con una carga de trabajo pesada.
Sí se planifica adecuadamente el tiempo, el estrés disminuye y es más probable que se cumplan con las fechas de entrega sin apuros. Asimismo, se puede asegurar el logro de los resultados al dejar lugar para los imprevistos y eventualidades.
3. Determinar las tareas que resulten improductivas y desperdician nuestro tiempo.
Por ejemplo, hacer un inventario físico puede resultar inútil para el resultado cuando al mismo tiempo se llevan registros digitales con exactitud y precisión.
Te recomendamos: 4 pasos para fijar metas poderosas y cumplirlas
4. Hacer una lista de actividades y comunicarla a los miembros del equipo de trabajo para que todos conozcan los objetivos a corto, mediano y largo plazo. Es importante que en esta lista se identifiquen las tareas prioritarias.
5. Llevar una agenda precisa con tiempo específicos que sirvan de referencia a quienes tiene mayor dificultad para trabajar en situaciones de presión.
Esto evitará que las tareas se acumulen o se posterguen para los últimos momentos. En proyectos largos, también puede ser útil porque puede existir la tentación a acomodarse y perder de vista los plazos.
6. Distribuir equitativamente el trabajo. Es necesario que el trabajo se divida y delegue cuando se requiera que alguien con mayor experiencia o conocimiento.
Se espera que cada empleado cumpla con la función que se le ha asignado de acuerdo a sus habilidades; sin embargo, siempre es bueno impulsar la colaboración entre los miembros para que aprendan o entrenen otras habilidades.
Por otra parte manejar efectivamente la presión en el trabajo tiene que ver con otras condiciones individuales que nos ayudan a lidiar con el estrés:
a) La salud es primordial
El estrés afecta silenciosamente al organismo sin que nos demos cuenta, por lo que es recomendable hacerse chequeos médicos periódicos para vigilar nuestra salud. Se ha comprobado que el deporte ayuda a reducir los niveles de estrés ya que correr, nadar o practicar alguna actividad física te ayudara a calmar las tensiones y olvidar los problemas.b) La disciplina también nos ayuda
Aunque no lo crean, levantarse temprano y llegar antes de la hora de entrada al trabajo elimina cierta carga de estrés, pues si llegamos apresurados por que se nos está haciendo tarde es muy probable que estemos estresados buena parte del día.Asimismo, salir corriendo nos impedirá desayunar de manera nutritiva lo que afectará tu productividad al no contar la energía suficiente para realizar tus actividades.
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c) Dormir por lo menos 7 horas diarias
Esto nos asegura un descanso efectivo del cuerpo y la mente. Este descanso nos ayudará a recuperar y renovar la energía necesaria en nuestra jornada diaria de trabajo.d) Tomar vacaciones
Tomar un descanso tiene un efecto directo en nuestra productividad. Los períodos de asueto nos ayudan a desprendernos y olvidarnos por completo de nuestras preocupaciones laborales.Es recomendable que antes de tomar vacaciones no dejes pendientes que te preocupen para que logres disfrutar al máximo y relajarte para que a tu regreso puedas tener claridad mental que te permitirá ser más innovador, creativo y productivo.
Sí te es posible durante las vacaciones olvídate del celular, tablet y computadora para que no sean factores de distracción en tu tiempo de descanso.
e) Desconéctate de la oficina
Relacionado con el punto anterior, se ha observado que quienes tienen un mejor manejo del estrés consiguen desconectarse de la oficina por completo ya que esto les permite tener un espacio libre de las preocupaciones laborales para dedicar más tiempo a su familia y amigos.Te puede interesar: Encuentra el equilibrio en tu vida laboral con MATEA
En conclusión, para trabajar bajo condiciones de presión extrema primero debemos controlar el estrés, y para conseguirlo será necesario tener una vida equilibrada tanto laboral, como física, social y emocionalmente que nos permita disminuir la tensión y traducirlo en energía positiva para el desarrollo de nuestras demandas profesionales.