Uber anuncia el lanzamiento de un servicio en pruebas – por el
momento restringido a algunas áreas de Washington DC – llamado Corner Store, que permite que los usuarios encarguen a través
de la app en su smartphone una serie de
productos típicos de tienda de conveniencia (desde medicamentos para la
alergia hasta preservativos, pasando por pañales, compresas, jabón, desodorante,
pilas, papel higiénico, cuchillas de afeitar, etc. ), con precios también
típicos de este tipo de establecimientos, y que reciben rápidamente a través de
un conductor que se desplaza hasta su casa. A la conveniencia de recibir el
producto rápidamente, se añade la de la geolocalización y la de poder pagar
directamente a través de la misma app. El envío no conlleva un coste
adicional, está incluido en el precio de los productos.
El servicio trata de capitalizar en la red de conductores asociados a Uber
para aprovechar su capacidad ociosa, dando lugar a un servicio que los taxis
convencionales no cubren pero que los conductores de Uber pueden estar
interesados en proporcionar, y que convierte a la app de Uber en un
punto central de intercambio de servicios: del mismo modo que puedes llegar a un
sitio, encontrarte con tu conductor, pagarle a través de la app y darle
una propina en forma de evaluación positiva, puedes utilizar esa misma
app para encargar, pagar y que te lleven a casa algo que necesitas
rápidamente. A la hora de competir con apps similares centradas
únicamente en la provisión de servicio de taxi convencional, este tipo de
planteamientos extendidos puede probarse estratégicamente muy importante.
En Nueva York, Uber está también evaluando otro servicio de mensajería
urgente, Uber Rush, igualmente a través de su app, pero en
este caso utilizando mensajeros en bicicleta, con un precio de entre $11 y $26
en función de las zonas, más un dólar extra de contribución a un fondo de compensación para accidentes de mensajeros en
bicicleta. La idea, por lo que se ve, es lanzar servicios que convierten a
la app en un punto central de provisión de servicios logísticos, sea
mover personas o mover objetos, servicios caracterizados por una escasa fricción
y por un elevado nivel de conveniencia. Una vez has desarrollado una forma
cómoda de que las personas encarguen, paguen y evalúen este tipo de servicios
sin soltar su smartphone, cabe pensar que lo razonable es utilizarlo
para cuantas más cosas, mejor.
Cuando se lanzó Uber, muchos pensaron que su valor estaba justificado por lo
que suponía irrumpir en una industria como la del taxi, con muy escaso nivel de
organización global y protagonizada fundamentalmente por autónomos o por
compañías relativamente pequeñas, y poner en ella un mayor nivel de estructura y
de conveniencia para el cliente. En los planes de futuro de Uber, sin embargo,
parece que eso juega únicamente un pequeño papel, y que los objetivos van mucho
más allá, apuntando incluso a toda la industria de la logística capilar. Que
además, dicho sea de paso, podría acabar llevándose a cabo no precisamente por
conductores, sino de
manera completamente autónoma…E.Dans
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