miércoles, 6 de agosto de 2014

Los peligros de utilizar chanclas de manera habitual

Los pies no solo son el modo de locomoción más antiguo que existe. También suponen el medio de ganarse la vida para multitud de personas, desde el rutilante Cristiano Ronaldo al más humilde pisador de uvas, del contundente campeón de Taekwondo Joel González a un sencillo limpiabotas.
Las chanclas en los pies de unos niños. Las chanclas en los pies de unos niños.
Nadie mejor que el héroe Aquiles para medir la importancia de los pies: por no proteger correctamente su talón y único punto débil, le sobrevino la muerte.
Los pies también constituyen una medida de longitud, todavía vigente en los países anglosajones (30,48cm). Incluso tienen una pseudociencia, la reflexología, que asegura que estimulando ciertas partes de la extremidad pueden producirse efectos benéficos en todo el cuerpo.
Lo evidente es que hay que cuidarlos con gran cuidado (que se lo pregunten a Aquiles). Sin embargo, ¿es compatible la preservación de los pies con las chanclas?
Silvia Carvajal, podóloga de la clínica Carvajal, ha detallado a El Confidencial Digital los diversos peligros de vestir este tipo de calzado abierto:

-- Riesgo de esguinces y torceduras en el tobillo: Al no sujetar apenas el pie, hay demasiada libertad de movimiento a la altura del tobillo. Esta poca sujeción deriva en un aumento de las posibilidades de sufrir una torcedura o un esguince.

-- Producen fascitis plantar: las chancletas son un calzado plano. Por tanto, la planta del pie está muy estirada cuando se visten. Como consecuencia, el músculo de la fascia plantar se estira y se inflama, provocando fascitis plantar.

-- El “dedo en garra”: cuando se camina con este tipo de calzado, la fuerza se hace principalmente con los dedos de los pies (por ejemplo, subir una escalera con chancletas lo ilustra perfectamente). Esto puede ocasionar una deformación conocida como “dedo en garra”, que consiste en un agarrotamiento de las extremidades de manera crónica.

-- Agrietamientos: con el calzado cerrado, el sudor que se genera en el pie se acumula. Por el contrario, al llevar el pie al aire con chanclas, el sudor se evapora, lo que provoca la aparición de grietas en el talón debido a una sequedad excesiva.

-- Dermatitis: si las chanclas son de goma, pueden producir una inflamación de la piel en la zona del arco del pie, debido al roce con el calzado.

-- Hongos: al llevar este tipo de calzado, el pie está más desprotegido. El riesgo de contagio es por lo tanto mayor, dado que además las chanclas se suelen llevar en zonas húmedas, que propician la aparición de hongos.
 

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